EL NUEVO MERCADO DE LA CEBADA: EL WHISKY AYUDA A LA CERVEZA
Enfrente del castillo de Drácula de Lina Morgan, el Teatro de La Latina, se yergue la estructura de gas carbónico del Mercado de la Cebada, viejo alambique de jamones, retorta de pollos y piscina climatizada de cerveza y formol para la alegre morgue de abuelos con tiempo libre, madres con problemas de espalda y niños que juegan al waterpolo con las meninges de sus monitores. Después de muchos palmetazos en las mesas de reuniones con los zopilotes y demás aves carroñeras del ayuntamiento, parece que la rehabilitación de la zona se hará a favor del vecindario y no de los buitres que sobrevolaban el barrio por lo privado. Ha costado. Desde montar huertos urbanos en las zanjas que iban por mal camino hasta organizar guarderías gratuitas con didáctica de sombrajos y juguetes reciclados. Por lo pronto, la filosofía es correcta: una marca de whisky (J&B) patrocina a la madre de todas las cervezas, La Cebada, aporta los colores y paga a los artistas de Boamistura, especialistas en intervenir con chistes de emergencia optimista en áreas deprimidas y degradadas (Argelia, Sudáfrica, Brasil). Hoy se inaugura el mural más grande de España y he encontrado una foto por ahí donde se le hace el "previo" en una recreación que parece bastante aproximada.
Coloritos y facilidad. Pa' tus ojos y tu trantrán. Con que anime un poquito la paleta psicológica con que se vienen pintando estos días, ya sería suficiente. Justo detrás del mercado, la calle Tabernillas, donde viví un tiempo. Y al lado, la calle del Águila. Subes la cuesta y te da la impresión de que justo detrás está el mar. Hubo noches en que estaba.
Pues sí, no cabe duda de que rompe la odiosa monotonía, abrumadora por demás.
ResponderEliminar:)