POR COMPENSAR EL CALOR, EL PINCEL AURORA
Buscando en los achiperres que no usaba de mi Adobe encontré el pincel Aurora. Una cursilada, pensé yo. Sí, lo es en su modo de presentación, pero manejándose con negros, grises y azules, se consiguen buenas texturas de sombras y de agua, justo lo que más falta hace en Madrid en estos días de puta canícula. Las calles son inventadas, pero el autobús chulo es el 31, una camioneta que me trae muy buenos recuerdos de cuando lo cogía hacia el Alto del Paseo de Extremadura y el Puente de Segovia. Y por si fuera poco lujo, me desmarco también con un milagroso taxi libre en noche de lluvia. Al menos en Lavapiés, el taxi libre es un animal extinto. Sea de noche, esté lloviendo o a los Josés también se les llame Pepe. Ahora que me fijo, al ponerle un filtro al pincel se me ha borrado el número del autobús y hasta mi firma. Que le den. Las noches de lluvia son así. Lo borran todo.
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