OTRA PORTADA
Y casi mejor sin figura central. Más triste, más poético, más manipulador. El libro de arriba lo compra una adolescente curiosa que piensa que el viejo es un chiflado cuentacuentos; el de abajo lo compra una amargada adicta al dolor, la soledad y la autocompasión. Me aclararé cuando sepa cuál va a ser definitivamente el target de mi editorial virtual.
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