NOS VAMOS A LA PORRA

El comunismo es esencialmente ingenuo e inviable. El capitalismo es esencialmente malvado y suicida. Las vías intermedias nadan en la literatura y la artesanía financiera. Los recursos naturales no dan más de sí para la ambición depredadora de las multinacionales. Hay que volver pues a la caza y al trueque de piezas: yo te doy a ti un banquero para cenar y tú me das a mí la piel sin curtir de un tertuliano. Nos calentaremos con hogueras hechas de fajos de billetes y nos contaremos divertidas y antiguas leyendas de horarios y jefes y tarjetas de crédito mientras nuestros cachorros devoran tiras endulzadas con miel de bolsos de Loewe, correas de Vuiton y pantorrilas caramelizadas de presentadoras de televisión. Esa misma noche fría, en algún lugar de los polos estará resucitando una cría de mamut. La ilustración de arriba es la que acabo de hacer porque sí. Porque la culpa de todo esto no es mía y, encima, no voy a dibujar calaveras, cabrones.