LOS PERMITIDORES
La vida en sociedad ha creado una figura siniestra y tóxica de la que apenas somos conscientes. Es el PERMITIDOR. Detectamos rápidamente al que prohibe, al que subyuga, al que toma por suya nuestra palabra o nuestro silencio, pero a estos permitidores aún no les hemos tomado la medida cabal de su capacidad de envenenamiento y daño. Hay permitidores en la calle, en el trabajo, en cualquier local comercial en el que entres con la guardia baja. Tan triste como dejarse prohibir, es dejarse permitir. Y más humillante. Únicamente hay que detectarlos a tiempo y escupir a sus pies. Antes, durante y depués de que intenten permitirnos.
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