EL PATIO

Estrenamos lugar de trabajo. No conozco ninguna comisaría búlgara, pero podrían ser parecidas al sótano amarillento y maloliente adonde nos han traído (productos desinfectantes para tapar el olor a sangre y heces de los prisioneros) y donde pretenden que seamos unos trabajadores como Dios manda: obedientes y cumplidores. Puto Circo y sus polígonos industriales, aunque lo camuflen llamándolo Ciudad de la Imagen. Tal y como es la zona, la Ciudad del Sonido sería de corcho.