jueves, 7 de junio de 2007

AHÍ FUERA




Es necesario soplar sobre algunos resplandores para obtener buena luz
-RENÉ CHAR-

Flaca, no me claves tus puñales por la espalda. Tan profundos no me duelen, no me hacen mal
-ANDRÉS CALAMARO-




De la calle, todavía con su olor a ruido,
todavía con migas de rostros en la mirada que lavo,
te traigo siete prisas de colores.
Dos de ellas tienen desconchados los minutos.
Quizá no coman pelusa a sus horas exactas,
pero son bonitas.

Mira esto también: un empujón ligero.
Aún no tiene música.
Se entiende que sólo lo han usado una vez
y no como a estos siete pobres destellos azules.
Una preciosidad aunque sean de ambulancia tardía.
Estaban tan asustados...
Si no los quieres, abrimos la ventana y que salgan.
El moribundo me dijo que apenas hay que alimentarlos.
Un grito no muy alto por las mañanas
y los lunes una postal con playa vacía.
Piensa que brillarán preciosos cuando nos duela la cabeza.

En la bolsa pequeña, café y tabaco.
En la bolsa grande, más almohadas, amor.
La manada de ayer cambió la ruta.
Hoy, apenas una docena,
Y corriendo mucho.

Eso sí, traigo dos de cincuenta sueños
y una pequeñita
soñada sólo por un lado.
¿Has escrito algo?
Traigo un hambre de lobo.




De LA PUERCA ROSA

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