miércoles, 25 de abril de 2007

SANTO DOMINGO Y OTRAS CARNES DE GUARDAR


Dominicanas en el bloque. Muchas. Gigantescas. Prolíferas. Ruidosas. Usan los carritos de bebé como los cocineros las espumaderas, sólo que ellas los cuelgan de los buzones, y a los propios bebés, si no estuviera mal visto. Se integran. A gritos, pero se integran. Ya se cagan en los moros y son racistas entre ellas: las más negras, del sur; las más blanquitas, del norte. Están las de los maridos camareros, las de los maridos peones y las de los maridos presos. Lo del wash and wear de los ingleses ellas lo entienden mejor como wash and embutir. Con las carnes que les sobresalen habría para calzar dos flotas de camiones. Siempre me extrañó lo de Cristóbal Colón con los espejitos y las baratijas a cambio de tierras y productos de valor. Hasta ahora. Es lo bueno de que lo viajen a uno sin moverse del sitio. Lavapiés.

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