BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (8)

Hoy quiero pasarme Lavapiés
de un carrillo a otro
todo el día.

Entro en un bar viejo como los bares y
pido un café.

Se me mete dentro y es el alma de otro.
Tal vez un ínfimo extraterrestre amargo.

El almanaque es precioso:
una morena desnuda y sonriente con el pubis de los 70
y los sobacos dados con jabón Lagarto.

Mi cabeza es minuciosa
como las pequeñas cacerolas de las mujeres
solas y viudas.

Voy a hacerle un hijo
A esta Barra A pedirle la mano
A aquellas tetas Voy a hacerme un hombre
En este entierro de taburetes solemnes
Hasta que suenen
Las pestañas del camarero
Que vigila mi equilibrio
Mi resaca
Como una temperatura más
De su necesidad de mi dinero

Dicen de la Gran Barra
que tiene la altura justa para todos.
Ah, enanos y gigantes,
codo con codo,
bebiendo en armonía.

Voy a comerme esta tristeza
Con patatas Este huevo de odio
Con sal y ajito de loco Estaré
Borracho como una mosca en el aire
De tu costillar Ahora que sé
Cómo me escuchas

Voy a cocerme en café A dejar
Que mis cejas escapen de pura lucidez Haré
Una hoguera
Una hoguerita con todos los vellos púbicos
Que me han frecuentado para pedirme ruinas
Y la saltaré a corazón cojo

Desde hoy dejo de ahorrar para ser Dios
Y me lo gasto todo.

Dios es un lejos.