martes, 5 de junio de 2007

ROSARIO DE DIENTES



¿No se tratará más bien del sol artificial captado en los estudios de Hollywood, que se reaviva cada noche en todas las salas de cine del mundo y cuyo haz animado, sonoro y luminoso, pero cargado de una luz extraña, altera efectivamente los cerebros, y cuyo trágico cono de sombra barre de una manera invisible a todo Hollywood en pleno día y hiere el corazón, por eclipse o por envejecimiento, de los desilusionados y de las estrellas...?
-BLAISE CENDRARS-

Señora, soy un caballero retirado de los negocios, antiguamente presidente del Sindicato pambritánico para la fabricación sistemática del queso de huevos y vegetales de Bagdad
-BERNARD SHAW-





Parad la noche.
He visto cajas de fruta con cabezas de enamorado.
Parad las camas,
las esquinas.

Las novelas eran una trampa.
Os lo habéis llevado todo a la boca y estaba envenenado.

No habrá más luna iluminando nuestras espaldas
mientras corremos desnudos por el capó de los ríos.
Arden las siete caderas que rodean la ciudad
y arrojan hijos apestados en nuestros pozos de sabiduría.
¿Qué fue de nuestras manos?
¿Dónde envejece el primer beso?

Quemad las cartas.
Arrancaos el pelo,
los ojos.

El primer túnel no necesitará cabelleras de oro,
ni miradas celestes.

Para cavar sirven fémures, coxis de amante,
cucharadas de tierra arrancada con maxilares
que fueron mejillas de rosa.

¡Seamos absolutamente concretos!


De LA PUERCA ROSA

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