viernes, 8 de mayo de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (56º DÍA DE CUARENTENA)


Cigarrito y conversación con el vecino conocido de balcón a balcón. Están haciendo mascarillas en una fábrica de confección en Fuenlabrada. Mascarillas corporativas para restaurantes, con logos y toda la parafernalia. Mesón el Cuchifrito, de oreja a oreja. Casa de Comidas Viuda de Mariano e Hijos... Ya dependerá del tipo de letra, imagino. Son mascarillas perfectamente homologadas, por lo visto. Bromeamos con mascarillas que dejen pasar la cerveza, pero no el virus, y él me añade el tabaco. Parece que están probando y que el ambiente es distendido, así que me lanzo y le propongo una línea menos corporativa y más personalizada para los camareros: "Date por besado/a", "No te acerques más" (en letra pequeñita), "No estoy sonriendo", "Pídeme por esa boca", "Si me estás viendo la caries, significa que he desgastado otra mascarilla hoy", "Una cocacola y una mierda", "Asintomático con muy mala leche", "Habla más alto: no puedo leerte los labios", "Feliz, pero no se me nota"...... Y luego nombres: Jaime, Paco, Marta, Fernando, Becario, Cobro poco, Mudo a la fuerza, Sordo por las gomillas, Cuñao, Risitas, Licenciado en Filología, Ingeniero cabreado, Ex Erasmus en Londres, etc.

También le bromeo con que no compre mucha tela antiséptica, o como quiera que se llame el género, no vaya a venir un cabrón con la vacuna mañana y le joda la inversión. La sonrisa creo que se le congeló un instante.

Yo tampoco estoy de demasiado buen humor hoy.  No me sobra para este diario y tampoco me sobra para el ordenador apagado. Esa es otra. Llevo con el ordenador encendido desde primeros de Marzo... De vez en cuando escribo en algún correo electrónico o un wasap que apago la hormigonera. Es mentira. Llevo sin apagar la hormigonera desde antes del Estado de Alarma.

Eso tampoco favorece la jovialidad de mi mascarilla por fuera: "Rezo el Corán... Vas a morir". Ideal para que un camarero que se agache a por una aceituna debajo de la mesa, se la suba hasta la coronilla, como un kipá judío, y que la lean todos.

"Rezo el Corán... Vas a morir"

Aunque las albóndigas lleven un 50% de pantone de cerdo.

Y asomándole por encima del cinturón cinco o seis ristras de salchichas frescas.