sábado, 12 de abril de 2008

ÁBRELE TU PUERTA A TELEFÓNICA


Llaman al portero automático.
-¿Quién?
-Telefónica.
-Quedaron en venir por la mañana. ¿Qué horas son estas de venir, hijos de puta?
-Se nos complicó ahorita...
-Vale. No pasa nada. Suban.
Y esta es la pinta del tipo que los recibe.

LA RISA


Siento que dentro y fuera de mí todo está más viejo, más gordo, más enfermo. Todo, menos la risa. Ahí sigue, como una bruja buena, alerta y feroz. Ahí me sigue, atenta a no dejarme comer rabos de lagartija, ni preciosas manzanas rojas.