sábado, 25 de febrero de 2017

CLASES DE ZUNZUNEGUI PARA GRUPOS EN EL GIMNASIO


 Por la Ley Mordaza, queda a la interpretación de la policía que ciertas actitudes, gestos y palabras te supongan una multa que te destroce la vida. No será delito, pero quién quiere manteca con ese corrusco. Una mirada, un roce, un taco, una sonrisa, un corte de mangas, una grácil hoja de hierba. La voluptuosa Democracia como musa inspiradora de un bigote armado hasta los dientes. Escribiendo en ripios lo que aspira a ser soneto para entrar por la puerta grande en el juego floral del Código Penal. Que a uno de estos funcionarios del orden público le dé por Campoamor cuando tú estás en Blake. Que a uno de estos queridos policías le dé por pensar que tienes demasiado dinero en el bolsillo o en tu cuenta corriente y te caiga el epifonema de un multazo del orden de 60.000 euros la rima asonante. Ellos completamente inspirados y tú en metáfora de hombre libre como si ir por la calle pudiera salirte gratis, ciudadano de qué, tío mierda. No sé si era más ficción el Juez Dredd y estos que digo más costumbristas, de Zunzunegui para abajo. Me apunto a esas clases en el gimnasio con monitor de la meseta, de comisario para arriba. De cinco a seis p.m., policía militar, clases de Zunzunegui para grupos en asociación ilícita. Vamos, chicos. Desfilando, que es gerundio.