jueves, 2 de junio de 2011

DUCHAS DE ODIO

De vez en cuando me doy una ducha de odio. Las ofrecen gratis en la radio. No en todas las emisoras, claro. Es un servicio exclusivo de unas pocas. Suelen ser de derechas, las más moderadas. ¿Pero quién quiere una ducha moderada de odio moderado? Las buenas duchas de odio africano (odio zulú) las dan las emisoras fascistas, las ultraconservadoras, las del fundamentalismo católico, las de la moralidad a ultranza y el pensamiento único (también zulú). Vigorosas duchas de odio salvaje. En un rato bueno puedes frotarte la cabeza con pedruscos como coxis de tertuliano hasta que te salgan pompas de jabón de judío. Con el coxis de un tertuliano de éstos también puedes lijarte las dudas y las confusiones duras de tu talón de Aquiles. De todo saben los directores, los conductores, los moderadores (sic), los colaboradores, los tertulianos... De todo opinan. Notas su spray de baba saliendo por el altavoz del transistor. Gobierno infame. Libertad infame. Sexo infame. Educación infame. Hombres y mujeres fanáticos, pagados por sus amos, vociferando sus verdades ineluctables y reclamando la sangre del enemigo. Diez minutitos de ducha son suficientes y no todos los días. No conviene abusar. Luego sales a la calle y la gente es sencillamente maravillosa. Muy recomendables, las duchas de odio. Palabra.

REDACCIÓN: LA NATURALEZA (8)

La naturaleza es muy bonita pero es muy cara. Cómprate tú una montaña, a ver lo que te cuesta. O cómprate un océano. Y luego dónde lo metes. O una estampida, para cuando no pongan nada en la tele. Aunque trabajen sólo unos minutos, los búfalos cobran por horas, lo mismo que las cascadas, con la diferencia de que las cascadas se paran cuando no hay nadie mirando, señorita, cosa idéntica que también les pasa a las señoritas guapas, que cuando nadie las mira son una mierda, dice mi padre.