viernes, 20 de septiembre de 2013

ENTERRADORES



En las verbenas, en los sainetes y en las películas del oeste hay personajes característicos. El "característico". El borracho, el andaluz gracioso, don Hilarión, la madama del burdel, el médico con problemas con la bebida, el barman, el sheriff... y el enterrador. Salvo algunas y muy buenas excepciones, el enterrador es un tipo pálido, siniestro, lacónico y práctico. No hay que quitarle mérito a ese consejo de liquidación de Bankia (asamblea de cuatreros) a la hora de elegir al tipo encargado de enterrar a los cuatro mil granjeros para los que se terminó la película. A los médicos suelen llamarlos "Doc". A este le podrían llamar "Goi".

(Previously...)


ABUELITO, DIME TÚ


Hay cosas en este país que sólo tienen explicación con la premisa de un gobierno criminal y el soporte de una red brutal de empresas mafiosas. La continua y maloliente presencia en el espacio público de ciertos individuos avala este supuesto. Esas estampitas porno del capitalismo salvaje en horario infantil, en hospitales, laboratorios, universidades, colegios y oficinas del paro. La obscenidad de sus figuras urdiendo impunemente los mayores robos desde bancos delincuentes y consejos de administración de antiguas empresas públicas justificaría cualquier estallido social del tipo "hagamos que el miedo cambie de bando". Pasarán los años y los niños del futuro podrán hacernos la terrible pregunta que hasta hace poco le hacían los niños alemanes a sus abuelos: "¿Qué hacías tú mientras estaban pasando todas esas cosas horribles?". Por cómo le pagan las bandas con logotipo, lo que le admiran los fascistas, y el incomprensible y vergonzoso influjo paralizante que ejerce sobre políticos y jueces, sólo me queda hacer la reflexión de cierto guionista cuando le preguntaron lo que pensaba de Hitler: "¿Hitler? ¿En lo suyo? El mejor".