viernes, 4 de abril de 2014

EL ATAQUE DE LAS RUBIAS CARDADAS


El primer ataque, "La Gran Desvergüenza", de Esperanza Aguirre, contra un agente de la movilidad, el pobre. El segundo ataque, "La Gran Desmemoria", de Pilar Urbano, contra un agente de la inmovilidad, el Rey. Del primero, rubiata y fuga, nos lo creemos todo. Del segundo, también. Y ninguno de los dos volantazos nos pillan por sorpresa. Ni el de la pija tiránica y politiquera sacando fuera su yo más soberbio contra unos pitufillos, ni el de la pija bocas del Opus Dei panfletando la manifiesta actitud conspiratoria del rey en los traspiés y golpes de la transición: toc toc, quién es, una rosa y un clavel, cierra la muralla, toc toc, quién es, Alfonso Armada, que pase, que Suárez me aburre: lo pongo de presidente y al de la rosa de vicepresidente. Felipe González, sin haber leído el libro: "Pilar Urbano miente más de lo que habla". Esperanza Aguirre, ya en su casa, a los dos guardias civiles que tenía de escoltas: "Salid ahí fuera y comeros a los pitufos". Algún día se confirmarán históricamente todas las ignominias de las que vamos siendo testigos tontos. Una colectividad de millones de personitas y tontitos elegidos por estos malnacidos trileros de la política como víctimas ideales de la bolita de la Democracia. ¿Dónde está la bolita? ¿Dónde está la bolita, pardillo? ¡"Ciudadano pardillo"! Ciudadano pardillo, usted perdone. Mientras le escondo otra vez la bolita, vaya usted entreteniéndose con estas persecuciones cutres por Madrid y con el libro de esta maravillosa  y urbana mujer, torera ella, que le aguantó a la reina ochocientas horas de amenísima conversación en griego raro para forrarse con la hagiografía. ¿Cómo no va a publicar ahora que su marido siempre ha sido un golfo precisamente en estos días en los que acaba de morir por segunda vez el que tuvo que cubrirle las espaldas? "¿Cebreros son las sombras?" Que no, hostia, una cosa más de tebeo. Ya sabe, de Planeta. "La Gran Desmemoria". ¿A que nos vas a comprar el libro para enterarte de todo? "Yo preferiría leer 'La Gran Desvergüenza', que suena más porno". Te compras los dos y te masturbas con el que quieras, hombre. "Ah, pues muy bien entonces". Ole. "¿Qué le debo?" No te preocupes, que ya te mandaremos la policía a casa con la factura. "¿Y estos arneses?" Van de regalo con la compra. "¿Y para qué unos arneses?" Para que no te caigas nunca del guindo, chaval.