jueves, 24 de marzo de 2011

ALL TOMORROW'S PARTIES WITHOUT ELIZABETH

Por el efecto sorpresa, una propuesta de cartel para los discípulos de la lechuga y sus campañas antitabaco, eso sí, con música de la Velvet. Y creo que es porque me he sentido mal metiéndome con Elizabeth Taylor. No rectifico. Ya expío mi culpa con este carguito de conciencia. Vale. Me gustaban sus ojos. Y me comunican que era íntima de Lou Reed. No sería tan imbécil. Por todas las fiestas de mañana que se perderá la musa del colágeno. Y dale...

HA MUERTO UNA POMPA DE CHANEL 5

Palmó Elizabeth Taylor, la filosofía vital de la bata corta. Que en paz descanse la mujer, pero no me caía bien. Lo de haber tenido una cola del paro en su cama es mucho más disculpable que haber sido últimamente una estúpida con los dientes en el porche de la sonrisa bótox. Una prima donna anfibia entre el oxígeno y el maquillaje (únicamente usaba maquillaje sumergible) y siempre boqueando por un flash en los corrillos preventivos que montaba a su alrededor. Otra compañera de autenticidades como ella lo fue Michael Jackson. Su híbrido amigo. Amiga también de otro híbrido, Rod Hudson, el tipo al que Doris Day propinaba besitos con pestañas dentro del armario. Amargas lágrimas esta mañana en Chueca. Dolor en el espejo de Zerolo. Tristeza en los botes de laca de Llongueras. Murió una coqueta mamífera e invertebrada (salvo la silla de ruedas), exenta de cerebro y adicta a sí misma. ¿Papeles memorables? Salvad a Willy, creo. Ah, y Mujerzuelas. Para los que la adoran, el diagnóstico forense: insuficiencia cardíaca. De su secta sobreviven todavía Sara Montiel, Brigitte Bardot y Carmen de Mairena. No me toquéis a Sofía Loren, que esa sí que es una señora. Cotilleo de última hora: a su sonrisa la van a enterrar aparte. Eso si no la congelan. Un poco más.