martes, 4 de diciembre de 2012

EN DESCARGO DE DÍAZ FERRÁN


Ah, pobre Gerardo. Luchador incansable y preclaro benefactor de la ingrata sociedad que lo acusa, persigue y encarcela. Oh, pobre Díaz Ferrán. Hombre incomprendido, forrado de larga duración, moroso sobrevenido, golden proletario. Tu mundo no es de este mundo, Gerardo. Es más de Suiza. Más de yates. Más de pisos de lujo en Niu York. ¿A quién le vas a explicar que tenías un kilo de oro en tu casa para que la gente dejara de trabajar más cobrando menos? Tu socio y compañero de fatigas murió de un infarto este verano (Gonzalo Pascual, el mismo que quería arrancarte la cabeza a mordiscos al final), pero ahí estás tú, con el corazón partío también, dudando entre las Islas Caimán, Suiza, Barbados... Ese corazón de empresario español de toda la vida, olímpico, compitiendo contra todos en la halterofilia del alzamiento de bienes y soportando las críticas de los que no entienden un pijo de este deporte, el capitalismo, los que confunden el magnesio que queda en tus manos con el blanqueo de capitales y el pedo que te tiras en el esfuerzo (y en las declaraciones) con la malversación de fondos. Pobre Gerardo, de jefe de la patronal a patrón oro; de presidente de una compañía de altos vuelos, al vuelo gallináceo de un ratero corriendo delante de la guardia civil con el saco de colorao de los tebeos. Pobre Gerardo, teniendo encima que soportar que el tío que le pone los nombres a las operaciones de la policía también haya leído a Ibáñez. Es otro más soso y no le pone "Operación Crucero" a toda esta fiesta de tu detención, Gerardo. Por respeto a tu trayectoria (Viajes Marsans, Spanair...) y porque te reciban en el talego con una guirnalda. En tu descargo (un kilo exactamente) tenemos que añadir que en ningún momento dudamos de que tu inalterable jeta durante tu presidencia de la CEOE acabaría correspondiéndose finalmente con el inmenso talento para el delito no comprendido que siempre denotaron tus rasgos en público desde el principio, juntando así en una sola persona (con traje a rayas) la chulería didáctica, la criminología y el espíritu empresarial necesarios para que esta ingrata sociedad salga un poco de la crisis, mire el panorama desde lo alto y vea que, por fin, cayó el primer pollo en la jaula. Así que no te enfades demasiado con la gente, Gerardo, que ya sabes que son así  de rebeldones y muy partidarios de la empresa pública, ese atraso contra el que siempre predicaste. Por no entenderte, se han dividido con esto de que te detengan contra tu voluntad. A unos les parece mal que encierren a un tipo como tú con todos los demás delincuentes y que no te hagan un merecido distingo por practicar la violencia de género... turístico. Y a otros les parece de perlas la viñeta de un pollo con sabor a chorizo entre rejas, ya ves. Tómatelo con el espíritu del tebeo, no te hagas mala sangre, y, cuando tengas un momento libre, nos cuentas en el Hola o en El Mundo quién te puso ese bomboncito de bienvenida en la almohada de tu celda todo incluido. Cuidado con el Punta Cana, que se pirra por los calvos maduritos sin antecedentes.