martes, 25 de noviembre de 2014

ENERGÚMENO Y SEÑORA...


Un viejo chiste en fecha tan reivindicativa
contra la puerca violencia de género.

EL PREMIO CERVANTES PARA UN EMIGRANTE


Juan Goytisolo, nuestra generación perdida él solo, y todavía joven promesa (83 años), acaba de recibir el Premio Cervantes, la más alta distinción etcétera etcétera. No digo yo que lo rechace, que la vida en Marruecos está carísima, pero sí que se prepare el discurso de agradecimiento a conciencia. Unas gracias en contra. La diferencia entre el actual ministro de cultura (Wert) y los ministros de cultura de Franco que le hicieron coger el petate es mínima, por no decir que ganan en formas y tolerancia los capitostes expresamente franquistas. Una oportunidad inmejorable de subirse a una silla y cantar, oh, moro Muza, las verdades del barquero. "Sañas de Identidad" a hostias vivas. Así compensaba un poco esa imagen que ha ido cultivando y perfeccionando de Juanito Valderrama de las letras, con sus peleas en broma con Ferlosio en El País y el peralte del rencor emigrante como el del sombrero del que digo, según echara de menos la tortilla patria, Quevedo en los bares, el premio Planeta con su cara en las estanterías o los escotes de la Barceloneta, yo dentro de mi alma los llevo metíos.