viernes, 29 de septiembre de 2023

DANIEL VIONDI, EL AMAGO DE TODOS LOS MADRILEÑOS BUENOS


Hasta ayer desconocía la existencia del tipo de arriba, Daniel Viondi, diputado socialista del Ayuntamiento de Madrid, tanto se me da la política en esta cochiquera capitalina. "Ex diputado" socialista, fulminado, tras el gesto que tuvo ayer en el pleno al darle tres toques en la cara con la palma de la mano al alcalde Almeida. Amores aparte, sexo aparte, es que ni a un niño por lo que sea, ni para quitar una pelusa sin que lo pidan, tocar la cara no es gesto amistoso en lado alguno. En la calle mucho menos, que lo sé bien (lo que Salamanca no da, Lavapiés te lo regala). Y parece que en el Ayuntamiento también queda algo feo, aunque solo sea por respeto a las instituciones, y mira que he visto trifulcas tabernarias más elegantes que las que se montan en ese garito. Y aunque no soy partidario de la violencia, tampoco en metáfora, "tocarle la cara" precisamente al alcalde que humilló a las Trece Rosas, al tipejo que pierde el culo con la psicópata reaccionaria de Ayuso mientras insulta la memoria de Miguel Hernández, al sicario insufrible que tala árboles como quien se quita los pelillos de la nariz en beneficio de sus amigos capitalistas... Oye, no sé qué pensar: esos tres palmeos blanditos en la jeta del carapolla, como marcando territorio, ese atisbo, ese conato, ese amago de hostia como dios manda en la cara del alcalde más odioso que hemos tenido en Madrid... Esa magia que nos tendría de felices ejecutantes a muchos por delegación, por representación, qué más da que Viondi sea socialista o un jardinero revenido de La Moraleja... Esa secuencia, en definitiva, donde el palmeo casi cordial pudiera transformarse como en sueños en una gigantesca y sonora bofetada que se escuchara desde Plaza de Castilla hasta el Casino de la Reina de Embajadores, ese resarcimiento salvaje, de repente, oye... La cara de gilipollas aturdido que se le quedó al Almeida, como si se la hubieran dado realmente... Inaceptable, amigos, del todo punto inaceptable, como ya digo.