martes, 17 de agosto de 2010

DE PADRES A HIJOS

LAS TETAS Y LA INVIDENCIA



¿A una ciega le puedes mirar las tetas impunemente? ¿Imposible que ella se dé cuenta de que le estás mirando las tetas? Lo dudo. Las ciegas tienen un sexto sentido para sus tetas y para controlar el ángulo en el que inciden tus ojos. No digo ya que estés hablándole mientras le miras las tetas: ahí estás perdido; el ángulo con que le llega tu voz es el ángulo de tu mirada. Digo mirarle fijamente las tetas y la que habla, por ejemplo, es ella. ¿Se percata mágicamente con su sexto sentido -este tío me está mirando las tetas y me gusta / no me importa- y sigue hablando, o se percata -este tío se aprovecha de que soy ciega y se está poniendo morado con mi escote /y/o pezón furtivo- y perdiste el trato con la mujer sin ventanas y con micrófonos para tus ojos? Es algo parecido a la foto de un aparato de radio. Ahí está el aparato. ¿Cómo sabes que no estaba sonando cuando le hicieron la fotografía? Lo mismo con las ciegas. Está siempre sonando el radar de sus tetas. Te detectan las videntes sin mirarte, no lo van a hacer las ciegas que están más acostumbradas a no mirarte... Y otra cosa: ¿sabe un ciego que la mujer que tiene delante le está enseñando las tetas, así, de repente? No digo en un lance con cama y sexo garantizado. En un mostrador de ferretería, dependienta-ciego; en una taquilla de cine, dependienta-ciego optimista; en una parada de autobús, viajera nudista-ciego valiente... Ah, las tetas y la invidencia... Ni a Saramago ni a Sábato los veo yo dando esa conferencia. Las dos chonis de arriba no están ciegas, cuidado. Se lo hacen. Ojito.