miércoles, 22 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (40º DÍA DE CUARENTENA)


Cuarenta días. Hoy a las doce de la noche, etimológicamente, deberíamos estar todos en la calle. Seguro que falla algo. Sin ir más lejos (ni al buzón del portal) hoy hemos sellado quince días más en el paro.

Muere el Príncipe Gitano en un gueto, una residencia de mayores, como en su versión del tema de Elvis con la pronunciación cambiada. A un Príncipe sólo lo mata otro de la aristocracia, como un coronavirus. Es importante saber si ha muerto en España. Sospechábamos que estaba en París. Su coquetería está en juego aún. También ha muerto Mundstock, la batuta verbal de Les Luthiers. No es un buen día para hacer reír desde un escenario.

Ya hay otro aliciente para asomarse al balcón y no siempre a las ocho. Ver pasar niños a cualquier hora. Todos habrán perdido un mes y medio de raccord cuando salgan a la calle el lunes 27. En un niño es mucho tiempo. Las madres seguro que ya están solucionando el problema de vestuario y los padres corrigiendo alguna línea de texto. ¿Alguna queja feminista por desigualdad de género, madre-vestuario, padre-texto? Encárgale entonces a Cristóbal Balenciaga que revise el guión del crío y pon a Tina Fey a descoserle un dobladillo. Te lo cargas.

Estoy seguro de que nunca en nuestras vidas vamos a volver a ver náufragos tan pequeños y con tan buen aspecto caminando como astronautas por la luna. De estar vivo, el bueno de Dickens sacaría fotos sin parar con su teléfono móvil desde un balcón...

-Lo siento, Charles, tu última novela no nos sirve. Te has echado a perder tú y has echado a perder a tus personajes...
-¿Qué cojones me estás contando?
-Todos tus protagonistas están picados.

Duele Mundstock.
También ha dolido el Príncipe. He pasado muchas horas escribiendo de urgencia sobre su rostro de celuloide y papel como para que no me afecte... Cuando sentaba sus reales de gitano chipén en las terrazas de la plaza de Santa Ana de Madrid y lo rodeaban sus admiradores, que los tenía, a Edison le faltaban inventos a su vera. También es probable que le faltara el reloj.