martes, 9 de febrero de 2010

MI BARRIO (13)

Mi barrio tiene muchos coches muertos con los padres vivos pero en la cárcel o en el hospital o muy lejos y corriendo a pie. A los coches muertos de mi barrio los coches vivos los miran con miedo y los policías les escriben epitafios en los parabrisas con mucho sentimiento en el bolígrafo. A los coches muertos los perros y los drogadictos les huelen la matrícula como si fuera el número de teléfono del cielo de los coches. Es bonito cuando cae la nieve ver que todos los coches son iguales ante los ojos del color blanco y entonces hay un más allá para los coches muertos que se llama silencio y hasta las hojas secas de los árboles se les pegan con más cariño en los tapacubos, que es una palabra que tienen todos los coches menos los sin ruedas que ya es mala suerte en un coche, vivo o muerto.

MI BARRIO (12)

Mi barrio es de tener muchos bolardos cuando sabes decir bolardos porque la mayoría de la gente los llama pitotes y las espinillas los llaman mierdas. Los bolardos los pone el ayuntamiento lo mismo que pone a los pobres con los pies cruzados en el suelo o a los municipales con los pies cruzados en los brazos y hasta los buzones que sólo hay uno y está siempre lejos y tiene la boca torcida que es la manera en que los buzones se cruzan también de brazos. Los bolardos sirven para que las motos vean por donde va la calle y para que las casas no aparquen donde los coches que quieran mearse en la acera, que es todos los días que protesta una vieja.