sábado, 29 de diciembre de 2012

MI PRIMER AMIGO EMIGRANTE


En estas latitudes del desastre, supongo que todos tenemos ya algún colega, algún amigo emigrante. Por Alemania, por Argentina, por Inglaterra, por Canadá, por Estados Unidos... Ayer comprendí que mi primer amigo emigrante era Germán. Porque lo suyo no fue un viaje lejos. Por más que lo adornáramos con risas y con aventuras y con literatura. Lo de Germán este verano fue emigración. Ay, Germán, en África... Qué sorpresa tu comentario de ayer en este blog y yo sin llamarte. Viste al califa en lugar del Califa, el sustituto sustituible Ignacio González, y casi te supo a esa copa de vino español del pasodoble. El de la Piquer. Suspiros de España desde Costa de Marfil. Con Franco de nuevo por España y los españoles de nuevo por ahí, exiliados. Ya me gustaría mandarte una pata de jamón y una botella de Azpilicueta. O una estampita de la Virgen de Begoña... (y me matas), pero sé que te hará más ilusión un posavasos anarquista para que pongas tu whisky en la cara del Franquito que te ha tocado por esos lares. Alassane Ouattara, ahora que os habéis quitado al otro, que era peor, Gbagbo... (Mae lo puede poner junto a la foto de Bob Marley, si le gusta)... Quién te lo iba a decir, Germán. Tú que tanto arrancabas a hablar con "gabón", y ahora al ladito. Costa de Marfil. Seguro que sabes sacar algún fraseo de Duke Ellington en el costillar de un elefante, a falta de piano. Seguro que ya has visto el sombrero de Van Morrison por alguna callejuela de Abiyán. Seguro que ya te has hecho un sitio y estás a punto de rodar Memorias de África 2, la secuela desde La Bastida. Que vaya todo bien y a vernos pronto en España, que ya venden camisetas del 15M en el Corte Inglés, como avisaste... Un abrazo, amigo.