martes, 13 de octubre de 2015

ESTAR O NO ESTAR PARA GILIPOLLECES


No tendré razón, pero me sentí estafado con la primera entrega de la nueva temporada de "Salvados". Una entrevista ortopédica al escudo heráldico de arriba. Julio Iglesias. Si lo que quería Jordi Évole era hacernos comprender que el melódico está gagá, lo consiguió con creces. Todos los dictadores son simpáticos a calzoncillo quitado y él le canta el "Bamboleo" a Darth Vader, si le paga bien. ¿Que si es partidario de la redistribución de la riqueza? Pues ni sí, por no parecer más gilipollas, ni no, por no dejar de vender discos en el Tercer Mundo. ¿Algo que no se pueda comprar con dinero? Tiempo, o sea, no quiero ser viejo. Y piel, o sea, no quiero ser un viejo pellejo. O sea, un sabio de cojones para que ya no sepas si estás en "Sálvame de Luxe" o en "Salvados de Mierda". El mismo plano de su fotogenia cirujana (seguro que por contrato) y el mismo chicle en la boca todo el rato (seguro que de nacimiento). Un vacile sin la más mínima gracia, pero vacaciones en el Caribe para el equipo, perdonadnos la traición, gente. Ah, y la semana que viene charleta entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. A lo mejor me pilla escuchando Gwendoline y no estoy para gilipolleces.