miércoles, 4 de marzo de 2015

UN TIPO INCÓMODO


No he leído ninguna novela de Rafael Reig, pero sé que tiene una en que la Castellana es navegable, lo cual me parece un hallazgo (independientemente de que por debajo pase el arroyo Abroñigal o Abroñigales, entubado y enfermo como los intestinos en tren de butifarra de un dios visigodo). Pero sí le leo habitualmente en eldiario.es. Y rara vez decepciona. Es agresivo, ateo militante, tocapelotas y con su puntito de humor para salpimentar la mucha amargura que destilan sus columnas. No es rara la ocasión en la que embiste contra Podemos, eso sí, pero entiendo que cornadas como las suyas ayudan bastante a sacarnos de la molicie del activismo "favorito" y hasta a orear las sábanas de la orgía indignada (y ya casi melancólica) en la que nos hayamos todos los santos a la espera de las urnas. Tampoco le hace melindres Reig a un buen trozo de carne putrefacta de PSOE o de PP o de Judicatura o de Literatura Patria... Es un exquisito pendenciero y un cultivado macarra al que suele verse por esos garitos de Google pegado a su whisky, su cerveza o su tablero de ajedrez. Con lo cual quiero decir que me cae bien. Por parcial, incómodo e insurgente. A unas malas, ya sé que estará en la misma trinchera que yo, aunque sea el que carraspee un poquito como si tuviera una pregunta chunga que hacerte y en el peor momento...