miércoles, 24 de enero de 2007

LIBRO DE HORAS (5)



Correo electrónico al Jefe Seatle: Se han acabado los boquerones en las costas de Málaga. En los chiringuitos sigue habiendo, pero son boquerones de fuera o de pastel, como los búfalos que le ponían a Búfalo Bill. ¿Qué hacemos? ¿Salimos de las reservas? ¿Nos damos al agua de fuego? ¿Empezamos a atacar las caravanas chárter de rostros pálidos: ingleses, alemanes, etc?

Correo electrónico a Nube Roja (Asunto Boquerones): El Jefe Seatle no contesta. Habla tú, que sabrás más del cambio climático.

Correo electrónico a Gerónimo (Asunto Boquerones): En las emboscadas nocturnas a los rostros pálidos ¿por qué tenemos que disparar primero al pote de café que se calienta en la hoguera del campamento si John Ford ya no puede vernos?

Correo electrónico a Kevin Costner (Asunto Tatanka): ¡Vete a hacer de Mary Poppins con otra tribu!

Anuncio en la radio. Un medicamento. Buenas noches y deje de roncar. De venta en dos formatos: cuchillo y pastilla.

Otro anuncio en la radio. Pierda grasa, pero no masa muscular. Al cabo del tratamiento puede haber alguna queja. “Eso que todavía le sigue bailando es músculo, señora. Pague y no proteste”.

Veo alguno de los SMS con que se están animando los españoles para enfrentarse a los Latin Kings en Alcorcón. Me viene a mi mala cabeza un duelo del pasado en el que un escritor había de batirse con su más odioso crítico literario (no recuerdo sus nombres; mierda). Siendo el retado, al escritor le correspondía elegir arma. “Elijo la ortografía. Está usted muerto”. O por ortografía o por vocabulario, en Alcorcón nos van a dar la del pulpo. Q hjpts.

Estamos en enero y con temporal, pero los helicópteros con balones de Nivea siguen sobrevolando Madrid, por si de repente el calor, que el tiempo está muy loco.

¿O son helicópteros de la policía? La cla que nunca le falta a una buena manifestación. Rocotocotó, lo estáis haciendo muy bien. No os salgáis de la calzada o llamo a los acomodadores con casco.

Correo electrónico a John Wayne: dispararnos desde detrás de las rubias en las carretas está muy feo.