viernes, 17 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (35º DÍA DE CUARENTENA)


Parece que hay problemas para contar bien los muertos en algunas comunidades autónomas y enviarles luego la cifra correcta al Gobierno. ¿Influyen los elevados índices de fracaso escolar en sus territorios? Pudiera ser, pero a lo mejor es porque no tienen claras las instrucciones del Ministerio de Sanidad y confunden los verbos "contar" y "contabilizar". Yo qué sé... Aznar llegó a llamar "grupo vasco de liberación" a ETA cuando le interesaba... La gente de aspecto fúnebre es muy proclive a manipular muertos, pero también los Consejeros de Sanidad, sobre todo cuando se dedican a la contabilidad forense vestidos de chaqueta y corbata...

Tú puedes "contar" DIEZ muertos (10), pero "contabilizar" menos (6'5) porque no te interesa que se sepa que en tus residencias de ancianos el recuento de muertos es mayor (UN PORRÓN, en números exactos). Por ahí puede venir también otra confusión: entre las "cuentas" y los "cuentos". Una cuenta mal hecha por despiste es un error, pero, si se hace mal a sabiendas, la cuenta se convierte en cuento. Los helicópteros de la policía, por ejemplo. Si dejas que un helicóptero de la policía cuente desde el aire los manifestantes que ve abajo, siempre contará menos que el sindicato convocante de la manifestación. Y viceversa. Cuentas abajo y arriba, cuentos arriba y abajo. En los sindicatos suele haber una contabilidad encomiástica, por no decir dialéctica, justo al contrario que la contabilidad a voleo de los helicópteros, siempre desdeñosa y suficiente porque están entrenados para no magnificar los problemas y resolverlos a la baja... Olvidando por ahora a los sindicatos (el gran sindicato que defiende desde antiguo a los muertos se llama Historia), el helicóptero de la policía suele pertenecer al Gobierno por elevación de la misma manera que un obediente cargo del partido se hace Ministro del Gobierno ascendiendo, y a los dos les interesa que la cifra diaria de manifestantes y de muertos manifiestos sea lo más pequeña posible (para que no sea un problema al alza), y a ser posible decreciente, ese numerito menguante que avale hasta desaparecer del todo su gestión de la pandemia, por eso es fundamental que las comunidades no les anden con cuentos simulando que sus cuentas son despistes contables y que cada muerto tiene su matiz, su según, su debe y su haber... Porque el otro problema al alza es que las comunidades autónomas no afines al Gobierno (de derechas, obviamente) tienden a esa "creatividad contable" que también practican los partidos corruptos y que acaba a menudo en la deposición "plop" de alguna Caja B: por sus muertos o por sus dineros ambas soterradas. 

Todavía no se han visto Consejeros de Sanidad por Suiza con su Caja B de muertos, pero todo llegará.

Así que es probable que ahora mismo tengamos una deuda pública de muertos del carajo. Porque lo que no tenemos es una cifra real de muertos en las pantallas diarias con que nos informan desde el gabinete de crisis del Gobierno, sino un bonito trailer de Poltergeist: fantasmas manifiestos, abuelos aterrorizados huyendo por descampados, muertos que no contaban contando de repente tras un aguacero de desinfectante de la UME, ectoplasmas de Consejeros de Sanidad negando que se hayan construido el chalet encima de un cementerio indio de pobres viejos... Y una médium enana llamándonos "Carolain" a todos los españoles...

El país no está limpio.

Hay dolor, hay cifras ocultas, hay cifras malas por todas partes...

Escuchad su vórtice en las comunidades autónomas.

No vas a volver a ver la luz en tu puta vida, Carolain.

Mucho menos un bar abierto.


ALUCINACIONES DE LA CUARENTENA


Ministra de Hacienda y Portavoz, María Jesús Montero, en una foto de ELPAÍS de encuadre muy particular y con su protagonista en una pose también muy peculiar... Fue verla y me quedé parpadeando sorprendido... ¿Qué leches se me había cruzado por la retina? ¿Algún mensaje subliminal? O se acaba de aparecer esta mujer en plan virgen a los pastorcillos y les está comunicando alguna revelación estupenda o está en la postura idónea para que nos la echemos a hombros y la saquemos en procesión. Lo que vi en ese parpadeo fue la polaroid que saco inmediatamente de mi cabeza y que comparto:


Ese balanceo en las chicotás... Sus gafas de una óptica buena de Nazaret, al lado de la carpintería de aluminio de su marido... Su medallón de los picnics en el Monte de los Olivos... Su rebequita de madre echada por los hombros, que en abril siempre refresca... Y esa bandeja con el desayuno que iba a llevarle a su hijo al Santo Sepulcro y que cae de sus manos abiertas en la sorpresa...