martes, 19 de julio de 2011

ALEJÁNDOME DEL BROCAL






Cuando todo es pozo, hay que alejarse del brocal. Creo que antes lo hacía emborrachándome por ahí hasta caer muerto en la cama. También juntándome con alguna bestia parda para charlar de fútbol o de mujeres (acababa borracho igual). El ajedrez ha ayudado bastante siempre, reproduciendo partidas hasta las tantas o jugando on line con tiburones sin piedad. Pero últimamente es la tabletita Wacom y el lápiz óptico. Me pongo a pintar cosas que me gustan y me olvido del horror de Murdoch (acaban de asesinar al periodista que destapó sus manejos), el de Camps, el de la Cospedal (ha nombrado a una alimaña sin alma director de la tele de Castilla la Mancha), las argucias de la Aguirre, la chulería insaciable de las agencias, la mediocridad delictiva de la ministra de Cultura... y el espanto general por el que estamos pasando en este bendito país de mierda. Así que me he puesto a esbozar cativos facendo falcatruadas y monicacos. Conacho total. Hay días así, hostia. Imposible trabajar sin pegarme antes unos abrazos por el aire para entrar en territorio amigo. Me das miedo cuando hablas solo, tío... Juás.