miércoles, 8 de febrero de 2012

EL GAY POWER

¿Es Jacinto Benavente (arriba) responsable de que los restos de Federico García Lorca descansen en Uruguay? Es la pregunta que formulo explícitamente yo, pero que es prácticamente la misma que sobrevuela el misterio de "El Amante Uruguayo", la última entrega de Santiago Roncagliolo. Un amante uruguayo por nombre Enrique Amorim, un multimillonario gay y mitómano que anduvo enredando por las verbenas intelectuales y las tómbolas artísticas más prestigiosas de Europa, y que volvió loquito (de amol) al mediocre premio Nobel Don Jacinto hasta que consiguió que le presentara a su admirado (y deseado) Federico García Lorca. Viajes arriba y abajo por América del Sur, encuentros, desencuentros, coqueteos, citas clandestinas, perforaciones, cursiladas y enredos de homosexuales antes de la guerra civil española para componer la delirante y subsecuente escena de una ceremonia funeraria con monumento incluido en diciembre de 1953, Salto, Uruguay: perímetro de seguridad con hombres armados, homenaje a Federico García Lorca, un respeto (Margarita Xirgú recita, exagera, clama, unos pescadores desinformados le dan el pésame por la muerte de su marido) y, por último, inhumación misteriosa de una misteriosa caja blanca. Unos meses antes, Amorim había desparecido. Nadie sabía por donde se andaba el tío loco. ¿Granada? ¿Que el liante de Enrique Amorim estuvo hurgando por Granada? ¿El mismo que enredó para que a Neruda no le dieran el Nobel? ¿El que se hizo pasar por Sartre? ¿Que los huesos de García Lorca están en Uruguay porque Jacinto consintió en compartir al pirado de su Enrique con Federico? Viendo las mentiras que cuenta la historia, yo me lo creo todo. El Gay Power de la época. El de ahora da mucho más miedo. Por cierto, un libro de cuentos del tal Amorim, que también escribía, supongo que por mímesis: "Horizontes y bocacalles". Puede haber un título más gay, pero no más sugerente. ¿O no parece un trasunto ("trasunto", otra palabra muy, pero que muy gay) de "La Realidad y el Deseo", de Cernuda? Me pierdo, tú. Pero me ha parecido una historia deliciosa y por eso la entro. ¿Se puede decir "la entro"? Por entrada, post, etc. Mejor "le doy entrada". Apesta a eufemiso. Perífrasis. Localizaron a Benavente en un estreno de Alberti. Tuvo que salir por patas. Alguien gritó: "¡Muera la podredumbre de la escena actual española!". Que ya es gritar.