miércoles, 5 de septiembre de 2012

ALFONSO ALONSO, EL PORTAVOZ DE LOS SORDOMUDOS ENDEMONIADOS


Qué ingrata la misión de los portavoces. Y qué difícil. Aunar en una sola voz y un único comunicado la expresión de un grupo, una institución, una caterva, una banda, una algarabía, un sector, una mafia. Hacer de portavoz del pandemonium de incompetentes, mentirosos, corruptos y meapilas que componen el gobierno del PP tampoco debe de ser muy agradable. Hay que nacer para ello. Estar en sintonía con esa cacofonía de gruñidos, amenazas y eructos. Comprender la esencia de sus barrabasadas como gobernantes para poder comunicarla al pueblo, transmitirla, explicarla bien clarito y que no se pierda un ápice del objetivo último de la misma, de su eficacia a la postre y de la bondad de su intención. Sin que te dé la risa. Portavoz de una panda de sordomudos perversos y tú como un monaguillo recién duchado. El delegado de clase de la peor clase de todo el colegio. La clase que tiene amedrentado al colegio entero. Alfonso Alonso se ha ofrecido a hacerlo, a petición del sordomudo jefe Rajoy. Alfonso Alonso, aguantándose la risa. El hombre tiene estudios de Derecho y de Filología, aunque el currículum que más le aportaría para su trabajo es el del Señor Lobo, en Pulp Fiction. Cómo explicar las atrocidades en Sanidad, en Educación, en la Reforma Laboral, en Medio Ambiente... Cómo explicar la rendición en Europa, los regalos a los bancos, la amnistía fiscal para los amigotes... Cómo transmitir de manera comprensible que entre los proyectos políticos que no estaban en el programa del partido en el gobierno se procede manu militari a  la sodomización de la cultura, de los inmigrantes, de los parados y de los pobres por el bien de los multimillonarios en general y de los fascistas en particular... Cómo responder a la pregunta definitiva acerca de la deriva democrática que nos ha llevado a padecer un gobierno tan infame, retorcido, corrupto  e incompetente, y qué coños está haciendo él mismo ahí, de intérprete sicario de esa piara de sordomudos endemoniados, tirando de eufemismos, perífrasis, circunloquios, mentiras y paletadas de mierda y anestesia sobre la gente, ejerciendo de portavoz.