sábado, 30 de agosto de 2008

CERDOLINES


Repelechados como cacahuetes a toriles.
Devueltos.
Del infierno.
Del Paraíso.
Devueltos.
Casi mejor.
Adaptándonos.
Necesitando ser poema
Porque pronto seremos comida.

LOS EGIPCIOS FUTUROS

(Mejillones a la marinera en El Sport, Luarca, Oviedo, Asturias, desde el espacio)


Cuando vengan los egipcios futuros
Y nos hagan las catas las calas las caras
Nos saquen el retrato de lo que fuimos
Puede que concluyan
Que MIERDA
Que acaso Mozart
Tal vez Van Gogh
Alguna autovía elevada
Un plato de mejillones
Pero que básicamente MIERDA
Una bola de tierra
Una bola de papel tierra
Arrojada a la papelera del vacío
Y a otra cosa
Dirán los egipcios futuros

DÍAS EN ASTURIAS


Cerca de la plaza de Riego, en Oviedo, hay una papelería, Edelweiss, especializada en papelería. Tal cual. Salíamos de viaje hacia los Oscos, en el occidente de Asturias, y quería probar un estuchito de acuarelas que había comprado en Pomarín. No había Moleskines, ni falta que hacía. Un dependiente cojonudo me dio a probar libretas y más libretas quitando precintos sin cortarse un pelo: papeles, texturas, tapas... Compré una estupenda y salimos zumbando. Este es el cuaderno de viaje, con algunos apuntes tomados también en una Moleskine auxiliar y dibujos en manteles de papel. Vaya la espontaneidad por la calidad, y que no soy muy bueno sacándole fotos a los papelajos (a ver si me hago con un escáner). Pensé en ponerlas en orden de itinerario, pero pa' qué. La ruta es siempre mental. A tu salud, Marcelino, hermano. Si hubieras sido el guía de Pelayo, se habría follado a la hija del visir de Gijón en la propia Galicia, pero qué viaje más delicioso y qué grande eres. Por nuestra amistad y con dos cojones, este post es para ti y por si nadie se cree que estuviste haciendo patria tan generosamente por esos caminucos de Dios de Asturias, que es la hostia y lo será siempre. Ahí va el Ebro... Y el Nalón, el Caudal, el Eo... Que guste.



Policía local de Salas, con toda la pompa y el rancio abolengo.


Desde la cafetería Rico, en Luarca (Gintónic y ducados,
esperando a que la gente saliera del hotel Timoteo).



Los Panizales, tremendo mesón (cabrito, pita salvaje, cordero, vino, ensalada lujuriosa), y apuntillo de Santa María del Naranco

Dos pruebas para un pincel de agua (con su carga y su técnica)
que también compré en la papelería Edelweiss, en Oviedo.


Otro detalle de Luarca, desde la cafetería de antes.



Dos niñas en la playa de Luarca.





(MANTEL)
Un desastre de camarero del Este (nos sirvió una descomunal ensaladilla rusa, muy buena por cierto), que no atinaba a traernos las sardinas de Avilés. Cuando las puso en la mesa, estaban sucintas, secas y pasadas como trilobites. Un mal día para una sidrería espléndida y con nombre de sidrería: "La Sidrería".

Desde un chiringuito muy majo, en Tapia de Casariego. Ahí abajo
se están bañano Marcelino y Alicia.

Más pruebas del pincel de agua.



Playa de Luarca, desde un poyete de hormigón.


Barquito de la Cruz Roja en Tapia.

Puerto de Tapia de Casariego: enormes cervezas.



Cerdolín de El Rancho, en la Espina. Ocas, caballos, pitas y unos prejamones y morcillas campando por ahí entre gruñidos y chillidos que estaban pidiendo mantel y cubiertos.

Para encontrar la playa de Arnao, cerca de Figueras y Castropol, cruzamos varias veces el puente de los Santos hacia Galicia, sobre la ría del Eo. Unos paisanos a los que les preguntamos en el lado equivocado nos contestaron muy alarmados: "¡Pero eso está en Asturias!". Como si ellos estuvieran en Canadá...

Una señora un poco ridícula en la playa de Luarca. Antes vimos otra con muletas y un cerro de años, trepando por unas rocas para que no la pillara la marea alta. Son bravas, las asturianas.

Me encantó el puerto de Luarca. Hasta arriba de barcos y de gente.


Alicia le sacó la foto al crío y yo le saqué la acuarela.

(MANTEL, con la colaboración de Alicia)

La mejor comida de todas, en la sidrería La Cubierta, en Tapia de Casariego. Unos chipirones fritos y unos calamares en su tinta que hacían saltar las lágrimas, de buenos que estaban. Regado todo con sidra y una botella de blanco de aguja: Cresta Azul.

Casucas frente al restaurante SPORT, un clásico de Luarca: fabada, mejillones a la marinera, un par de botellas de tinto con casera (otro clásico), y tabaco de estraperlo (te lo vendían con mucho secreto dos camareros furtivos).

Autorretrato a lo García Lorca y muy cabreado. Después de no encontrar techo en Grandas de Salime, en la casa rural de San Martín de Oscos me quedé encerrado por la mañana. Allí no se levantaba nadie antes de las nueve y yo quería salir como fuera.
Hambriento y hosquísimo, me pinté en el espejo.

Barquitos de pesca en el puerto de Tapia. En el muelle hay una escultura con un marinero rescatando a otro del agua que más parece que estuviera a punto de sacarle un ojo con el bichero.

Apuntes en la Moleskine: el Culo, la Regenta y Woody Allen (el ayuntamiento ha desistido por fin de reponerle las gafas de pasta a la escultura: más de uno las tiene de trofeo en su videoteca)



Ría del Eo



El mismo niño de la pala roja (Playa de Luarca)




Hórreo El Curón, en San Martín de Oscos


Iglesia de San Martín de Oscos, como su propio nombre indica, y chimpún.

Curioso que esta fuera la primera acuarela que me gustó. Lo dicho, que gracias mil, Marcelino, y que han sido mis primeras vacaciones de verdad. Un abrazo.