martes, 20 de marzo de 2007

BUHARDILLA DE LAVAPIÉS (14)

La botella en una mano,
la espada en la otra.
Para el reto
me abro de piernas en mi buhardilla:
Sobre una loma de mi cráneo
Me yergo
Es mi corazón el que os desafía
Venid
Aquí está el alma que no hará prisioneros
Sois más
Pero nosotros ya hemos sonreído en el fuego
El Infierno nos ha peinado todas estas mañanas
Venid
Aquí está la ruina de haber amado de frente
El orgullo de haber amado de frente

Sin dramatismos
Venid
Que os voy a partir la cara



Mi entrecejo enrojecido
es una pista de aterrizaje
para hijas de puta
para hijos de puta
pero


sí que
daría mi vida por algunos misterios.
La Gran Barra.
El tiempo.
El hormigueo de los vencejos en la nada.
La nuca de ciertas adolescentes.
El alma de marisco de las bañeras de los hoteles caros.
Mi vida por entender el fulgor de esta destrucción,
los brillos de estas muertes.
La mierda que nos entra en los ojos con esos libros negros;
en las orejas cuando se abren los labios de algunas mujeres.
Por qué cuando se tumban boca abajo sus espaldas
son puertas de garaje.
Mi vida y la de los míos
Por conseguir los planos de todo esto.

REQUISITO (6)

REQUISITO (5)


También hay que producir piezas

para escribir y hablar de ellas,

no para verlas.

REQUISITO (4)


Y, salvo Valdés Leal y Zurbarán (creo), todos los pintores y dibujantes han contado
entre sus producciones con una sugerente chica bebiendo
y fumando a dos manos en un rincón.

REQUISITO (3)


Y tampoco puede faltarle a quien dibuje con esmero
un contemplativo de espaldas y con sombrero

PIES MORTALES: ZAPATOS INMORTALES.




Hace tiempo lo tenía claro. Las únicas criaturas que nos sobrevivirían civilizadamente eran las cucarachas (los gérmenes o los virus o las bacterias no son civilizadas). Pero después de ver los efectos de cientos de matanzas en las guerras más recientes, en los accidentes de tráfico, en los terremotos, en el tsunami de Indonesia y en la infamia de Irak, me rectifico: también nos sobrevivirán los zapatos. Civilizadamente.


Si piensas que hay un exacto y concreto par de zapatos que está destinado a sobrevivirte, tu relación con todos los que guardas, usas o tienes perdidos por ahí cambia inmediatamente. Empiezas a mirarlos de otra manera. Puedes convertirte en el Psicópata Jodeshoes. Y sólo por rencor. O envidia. ¿Qué estúpida eternidad les espera sin tus pies para rellenarlos? ¿Querías una buena onda expansiva? Toma.