viernes, 5 de octubre de 2012

GALICIA CEIBE Y EL PP SIN FILLOAS

A modiño va partiendo la hiedra y el musgo la piedra. A modiño la magia y la tierra van tragándose políticos y caciques en Galicia. En las murallas de Lugo aparecen de madrugada las caras de Bélmez de todos los fascistas muertos que creyeron que el marisco y el chuletón eran de derechas. Por las calles de Santiago los estudiantes trazan con tiza los últimos andares de Don Manuel para hacer gymcanas. En la ría de Noia juegan los niños a las bolas con las perlas que robó La Collares. Con el chapapote de Rajoy y Cascos se han hecho en Muxía un Iphone gigante para hablar directamente con Darth Vader sin pasar por Aznar. La Santa Compaña ha aceptado un chino becario que tienen de pruebas por la zona de Lalín. Y los únicos muebles de Ikea que jamás ha conseguido montar nadie son los que hicieron furtivamente con los Pinos do Breogán: los han descatalogado, por imposibles, pero en la noche del 25 de Julio reaparecen, fantasmagóricos, en los catálogos del mundo entero: Encimera Laxe, Estantería Negreira, Hamaca Monforte, Mesa Fisterra... Y sobre los oscuros y helados almacenes de Finlandia suena una gaita encantada... Que dim os rumorosos na costa verdescente, ao ráio transparente do prácido luar? Por eso me jode la prepotencia de los nietos de Franco en sus aspiraciones a hacer de Galicia un feudo de su exclusiva propiedad... por derechos nobiliarios. Y ahí está el Guardés de Feijoó, guardándole la finca al pseudogallego de Rajoy, el señorito que ha tenido que ausentarse unos años para tomar el té con los curas y los banqueros de Madrid. De acuerdo, adoro Galicia. Sólo me falta poner en mi móvil un politono con la Berenguela y mandarle una llamada perdida a Rosalía de Castro. Pero no puedo votar allí. He trabajado y vivido en Galicia, pero a los únicos gallegos que se me permite votar desde el Foro son a Antón Reixa (la SGAE) y a Rajoy (la FAES). Así que espero que mis amigos gallegos cumplan por mí. Nunca Mais el Antiguo Régimen en la plaza del Obradoiro. Por un voto xeitoso, y que se dejen de conachadas. Tan tolos.