lunes, 24 de septiembre de 2012

ADAPTACIÓN DE "HOMELAND" EN ESPAÑA (ojo, spoiler)


Tras cinco años sin saber nada de su paradero en Afganistán, el teniente legionario español Manuel Cordero es dado por desaparecido en combate en su misión... humanitaria. Todos los indicios apuntan a que fue atacado y secuestrado por los talibán en la base española de Herat por echarse un cigarrito extramuros, cumpliendo con la estricta ley antitabaco que regía en su patria y en su propio acuartelamiento. El hecho de que los insurgentes no hayan pedido rescate durante estos cinco años o de que el propio teniente Cordero no haya mandado ninguna postal de alegre desplante desde Brasil, hace temer lo peor a los mandos militares y al gobierno: el teniente legionario Manuel Cordero ha sido devorado, como su propio nombre indica, por los insaciables tíos de las toallas negras, aunque a su viuda y familia la notificación somera que les llega es la de "Desaparecido en Combate", como un Chuck Norris de Ronda, acompañada por una raquítica pensión de viudedad "en funciones", hasta más ver, esto es, que aparezcan sus huesitos chupeteados. Pasa el tiempo, pasa el tiempo... Y, de repente, a los ocho años de su desaparición, se tienen noticias de nuestro hombre tras un oportuno chivatazo de un espía local. ¡Está vivo! La subsecuente y temeraria operación de rescate de sus compañeros de bandera, a mí la Legión, cagontó, lo arranca de las manos de sus captores, aunque en la acción cae devorada la pobre y heroica cabra del Tercio (la sospecha de que la arrojaron como señuelo en una maniobra de distracción sólo es una infamia que no resta un ápice a la bravura del comando de rescate). A su regreso a la patria (Homeland), el teniente Cordero es un héroe nacional. La empresa de embutidos Jamones 5 Jotas le regala tantos jamones como nivelan su peso (cabrones, con lo delgado que venía y con la carita de asco que puso en la balanza Cordero vs. Jamón), El Corte Inglés le hace Dependiente de Oro en su Semana de Oriente, por si quiere regresar a la vida civil, y el Banco de Santander le ofrece una campaña para promocionar su Cuenta Talibán (Ahorro Íntegro). El hombre recibe estos honores y los del ejército un poco agilipollado, todo hay que decirlo, pero los médicos tranquilizan a sus admiradores afirmando que su conducta es la normal y esperable tras haber sufrido una reclusión tan larga y en las espantosas condiciones como a buen seguro lo han maltenido los talibán. Ahora, tratamiento de sopitas y pan caliente hasta recuperarse entre sus seres queridos... Que apenas si se acuerdan de él. Su hija mayor se ha hecho gótica poligonera pacifista, lo odia y le escupe en la cara, su hijo pequeño quiere vender su Laureada de San Fernando para comprarse un videojuego y le escupe en la cara, y su mujer, de la patrulla de tráfico de la Guardia Civil, se la ha estado pegando todo este tiempo con su amigo del alma, el también teniente legionario Paco Morales, y los dos le escupen en la cara. Con todo este caos patriótico y familiar dentro y fuera de casa los siguientes trastornos que manifiesta en su comportamiento el teniente Cordero, aunque preocupantes, siguen siendo calificados como "normales" por el cuerpo médico de la Legión y un psicólogo de Murcia. El hombre vive un continuo trastorno geográfico-emocional y no hay que tocarle mucho los huevos, que está muy estresado, por la Teoría de la Gestalt. Pero es que Manuel Cordero, desde que ha llegado de Afganistán, no prueba ni gota de alcohol (él, que llenaba el depósito auxiliar del BMR con San Miguel), se sabe cincuenta maneras de cagarse en tu puta madre en moro y las utiliza continuamente (él, que siempre ha llevado una medallita del Cristo de la Buena Muerte al cuello y un tatuaje homónimo tamaño sombrilla de playa en la espalda), pero lo más inquietante es que ahora el Teniente Cordero quiere aprovechar su arrolladora popularidad y su tirón mediático para presentarse a las elecciones a presidente de la comunidad de vecinos de su bloque en Ronda (él, que más de una vez se ha meado en el ascensor cuando tenía pase per nocta y regresaba ajumado a dormir en el sofá)... ¿Algún plan oculto? Efectivamente. Esto de ser presidente de su comunidad de vecinos sólo será el primer paso para acercarse poco a poco al Presidente del Gobierno de España y toda su camarilla: primero concejal de fiestas, luego teniente de alcalde, alcalde, diputado regional, autor del bestseller "Pasé Mucha Gusa" y, por último, diputado nacional del partido que funda y preside él mismo, el MORO (Movimiento Obrero por la Recuperación y el Orden), la plataforma imparable desde la que se presentará en las elecciones generales como candidato para la presidencia del Gobierno de España... Un vertiginoso ascenso en la escala de poder que sólo es una excusa para tocar chicha gubernamental de la buena ahora que el integrismo musulmán ha conseguido convertirlo durante su cautiverio... en un Hombre Bomba. Un Hombre Bomba con un objetivo, el magnicidio, y un contacto moro en Lavapiés entrenado para proporcionarle discretamente el Cinturón de Alá cuando se den las condiciones del Divino Atentado... ¡Aznar y sus ministros deben morir! ¡Pero si el que está ahora es Rajoy! "Joder, desaparezco ocho años y me tenéis la patria hecha una mierda"...  JONLAN, la teleserie. Con Paco León de protagonista. El resurgir de Al Andalus.