domingo, 5 de abril de 2020

DIARIO DEL CORONAVIRUS EN ALGÚN LUGAR DE LAVAPIÉS (23º DÍA DE LA CUARENTENA)


Históricamente, lo más entusiasta que ha hecho Lavapiés desde sus balcones ha sido echarle aceite hirviendo a los franceses y mamelucos que nos estaban invadiendo con mentiras y argucias diplomáticas de parte de Napoleón. No fue un arma decisiva, pero sí escaldó consciencias en un lenguaje que todos podían entender... Cuando acabe esta invasión de los minicuerpos (invasión al fin y al cabo, y con malas coronas también de por medio), propongo un desfile a caballo de todo el personal sanitario de Madrid por la calle Argumosa; desde los balcones los rociaremos debidamente con spray de gintonics fresquitos a ritmo de algún chotis y les soltaremos aguerridos piropos retrecheros con las venas del cuello hinchadas como rabos de lagarto, que a mí los aplausos ya me están sabiendo a poco... Definitivamente, esos chavales y chavalas están aplanando la curva a costa de su propia salud.

La nueva prórroga, y el aviso ominoso de otras que vendrán, hace que el futuro se difumine como el horizonte en un cuadro de Turner. A ese lienzo inglés le pegas un chifarrazo de gel desinfectante y te queda en presente español chorreado. Presente de indicativo de manchurrón estupefacto, blanqueado e impresentable, de puro lloroso. Por intentar "verbalizar" la sensación. Porque el Horizonte de Ultimidades de los estructuralistas no parece muy buena perspectiva para ilusionarse con el final del confinamiento. Habrá que darle un halo de poesía a todo, un barniz, o nos va a entrar la melancolía... Hablando de barnices poéticos y de disolventes, ya puestos, los místicos no sólo lograron salir de sus casas, sino que también salieron de sí mismos, ya puestos también, y lo hicieron a base de éxtasis, que etimológicamente les venía que ni al pelo, como a los mamelucos nuestro aceite hirviendo, y que creo que muchos están usando hoy en día con el mismo criterio de transporte fuera de sí y de las cuatro paredes de su casa en la noche oscura del alma, que es cuando quitarle el sonido por fin a la tele de pago equivale al silencio de Dios.

Hemos entrado en bucle. ¿San Juan, Santa Teresa, Santa Teresa, San Juan..? No. Hemos entrado en bucle porque hoy volveremos a comer filetes rusos. Habría sido estupendo meter aquí algún San Jacobo, pero está muy feo mentir en los diarios, aunque LA RAZÓN y el ABC lo hagan todos los días, o sea, también a diario.

DOMINGO DE RAMOS 2020




Jesucristo es recibido con palmas.


Jerusalén estalla de alegría.


Y todo el mundo se echa a la calle para celebrarlo.