lunes, 15 de marzo de 2010

EL FIERO SOL SE ESTRELLA... Y YO.


¡Menos pinceladas, por Dios! ¡Menos es más! ¡Burro! ¡Animal! ¿Te pagan por pincelada, bonito? ¡Fuera de mi taller! ¡Y no vuelvas, inútil! ¡Has tenido al crío al sol media hora y no has conseguido nada! Vale. De acuerdo. Mea culpa. Mando al niño de vuelta a la web oni.org.ar... A saber lo que habrán pintado los otros en más tiempo... ¿Tienes prisa, imbécil? ¿Quieres aprender a pintar o quieres cagar prisas? Hombre, como la cosa es digital, digo yo que vamos más rapidito... ¡No! ¡No meta la tableta gráfica en el barreño del aguarrás, que la acabo de...! Hay días en que el maestro Velázquez no aguanta ni media, leche...

OTRO NENO

Ahora con un pincel duro 100%. Es otro el efecto. A los pinceles al 30 o al 50% les viene la poesía como colada por un filtro de té. Cuando le metes óleo o tiza sin poros el personaje queda rotundo y ya depende del trazo y del dibujo. Unos juegan entre la niebla o tamizados por un sol de atardecer, y los otros juegan al órdago y con manotazo en la mesa. Zaca. Como me filtres te arranco la cabeza, pintamonas.

MI BARRIO (22)


Mi barrio es de mucho ir y venir a los juzgados de Plaza Castilla en el puente aéreo del autobús 27, con lo cual mi barrio es de mucho desgraciado y de mucha policía también un poquito desgraciada y se les nota porque el trabajo lo hacen como tristes y en el fondo como pensando en playas lejos y otro tipo de problemas con más brillo. La policía de mi barrio la hay de todos los formatos: en moto, en coche, en furgoneta, de paisano como niños grandes y a caballo como niñatos ricos. Los de a caballo van por parejas como si hubieran quedado de casualidad con sus caballos y todo, y a charlar de sus cosas lo llaman patrulla, pero lo mismo podría ser una conversación de dos gordas en mula porque no paran de hablar de dietas y de vacaciones. Ponen caras de a dos metros y medio del suelo y entre eso y las gafas de pinchadiscos que les obligan a ponerse sus novias y sus madres, la gente ni les hace caso, por chulos y mimados. Los caballos también ponen caras. Primero ponen cara de saca ya el ticket del parking y nos vamos, que por aquí hay mucho perro, y luego ponen la otra cara de los caballos, que es un zurullo en la calle que no se lo salta un tironero por muy loco que venga corriendo. A los caballos de la policía de mi barrio los traen en taxi de techo alto y se los llevan lo mismo pero un poquito más nerviosos y yo creo que por las noches sueñan con nosotros en sus cuadras de multimillonarios del orden público, que vete tú a saber qué tipo de orden es ése con lo desordenado que es el pueblo para sus temas.