miércoles, 13 de febrero de 2013

EL INCONSCIENTE ROJERÍO


Al diputado del PP Vicente Martínez Pujalte se le conocía también como Martínez el Facha, el personaje de Kim en El Jueves. Una clara injusticia. El dibujo es mucho más demócrata que el de carne. Ayer gruñó, escupió y gritó en la cadena SER contra la Plataforma de Afectados por las Hipotecas, el millón cuatrocientas mil firmas que se habían conseguido para la iniciativa legislativa popular,y, sobre todo, contra la Dación en Pago. Sus argumentos consistían en que no se podía tocar el "sistema crediticio español". Por la radio se le olían los correajes de la Falange y el sudor del cililio supernumerario del Opus Dei (parece que se ha salido para poder casarse varón sin bigotito Pinochet contra mujer más joven), y fue tal el tufo y el grado de bravuconería del menda que incluso llegó a sacar de sus casillas a Pepa Bueno, buena fajadora que no deja de preguntar ni afónica, y a la que suelen pasarle las navajas rozando y ni pestañea. No pasa nada, Pepa. Estuviste a la altura. El PP tiene muñecos rotos así para soltarlos cuando la ocasión lo requiera. Policía malo, policía bueno, como se vio. Y qué otro energúmeno mejor que Martínez Pujalte para enfrentarse a un millón cuatrocientos mil rojos. Quién mejor que el tipo al que le cabe el honor de haber sido expulsado del hemiciclo por actitud indecorosa hace ya algunos años. Por la tarde trataron de hacer el paripé de que sí, que aceptaban discutir las propuestas de Ada Colau. Policía bueno. Quizá influyeron los dos nuevos suicidios por desahucio, aunque su actitud reculante no les libró de un santo abucheo desde las tribunas de invitados cuando quisieron atribuirse la representación de la iniciativa popular. El mamporrero Posadas mandó que los expulsaran con el mismo tono cuartelero que Pujalte. Posadas, el presidente de la cantina. El que hizo que la intervención de Draghi por la mañana fuera clandestina, como si viniera a visitarles el contable de la familia de Chicago. Posadas, el que mandó a sus bedeles a golpear con una palmeta a los diputados de izquierda que grababan al banquero con sus móviles. Por cierto, pobres bedeles, ya con una edad y un protocolo, en el papelón de tener que hacer de seguratas de discoteca porque a su jefe le han tocado los cojones los chavalotes que vinieron a preguntar por la licencia democrática, los papeles de representación y la insonorización fascista del garito. Y que si no les gustaba el término "fascista" también tenían otros: "Mafia", "Secta", "Casta", "Banda"... Nos movemos. Aunque sea a los calabozos, nos movemos. Algo es algo. De acuerdo, Rocroi. Pero no nos rendimos. Cualquier cosa que le quite un minuto de sueño al tipo de arriba, es media hora menos en el infierno para nosotros, suyo afectísimo, el inconsciente rojerío.