jueves, 12 de julio de 2012

PRISTINA CIFUENTES




Foto Juan Luis Sánchez / Héctor Juanafey

Aunque ella lo niegue, a Pristina Cifuentes, delegada del gobierno en Madrid, le pagan en vales del Corte Inglés cada vez que aparece de tertuliana en los programas de la cadena fascistoide de TV Intereconomía, en El Gato al Agua casi siempre. Doscientos euros arriba o abajo, día sí, día no, y el del medio también, codo con codo con Eduardo García Serrano, el demócrata de la falange. A Pristina Cifuentes la tiene el PP de ariete rubio desde hace más de veinte años para que irrumpa en mil consejos y mil claustros universitarios, y si se puede considerar a un ariete mobiliario fijo, es probable que esta funcionaria de la reacción lleve sin pisar la calle lo que yo sin ir a misa... Pero, oh, contradicción, esta vedette de la electricidad estática es la encargada de preservar y mantener el "orden público" en Madrid. Una fregona moralista que no ha visto una escalera desde que le hicieron la orla de su promoción con photoshop (con soldadito en blanco y negro y novia dentro de una copa de champán) en un segundo piso de la calle Postas. La Jefa del Servicio de Limpieza de Madrid que está dejando las calles de la capital como una patena a base de manguerazos de porra de antidisturbios. Una mujer que probablemente ni sepa cuántas calles llegan a Sol... No llega ninguna: salen todas, Pristina... De ahí que la mujer no distinga un turista de Glasgow de un furioso antisistema pidiendo tabaco. De ahí que no distinga la canción de "Santa Bárbara Bendita" de "Mi Agüita Amarilla" de los Toreros Muertos. De ahí que no distinga una protesta pacífica contra los abusos del gobierno de una carga de caballería contra una formación en tortuga, y es un camarero apilando sillas y mesas de terraza. Por la mañana en la Castellana o por la noche en la Puerta del Sol, Preciados, Callao, Tirso de Molina, Jacinto Benavente y calles aledañas de Lavapiés. Le abrieron la cabeza a gente que salía del cine. Le rompieron los brazos a gente que pasaba por allí. Le salvaron el culo al Corte Inglés ante el pavoroso peligro de incendio que provocaron tres papeleras ardiendo sobre el pulido mármol de la calle Preciados... No sé cómo fue la orden de cargar contra la peña, pero sí sé cuándo se produjo. Les arrojaron "objetos", dicen las malas crónicas. En ningún vídeo aparecen dichos "objetos" voladores y me he visto unos cuantos en la red. La gente estaba tranquila, casi paseando... Cuando de pronto es una marea corriendo porque venían los catedráticos con casco. ¿Qué dijo Pristina Cifuentes? "¡O sea, ahora!" Porque sí. Con el capital, con los empresarios, con la iglesia, con el orden. ¡Loewe y cierra España! Porque la calle es mía y no sé lo que es *. Que se jodan los muertos de hambre, si no quieren comer pasteles. Pero primero que paguen nuestra fiesta. Y sin rechistar. De ciudadano a súbdito, de súbdito a esclavo y de esclavo a carne de cañón. Muertos de segunda. Pristina Cifuentes se graduará la vista con el rotor del helicóptero de la policía, pero yo me cago en esos ojos de mirarnos por encima del hombro. Con esto de no pisar la calle ni de saber lo bueno que hay en ella, cualquier día nos mata a alguno, y luego va a ser un repugnante comeniños que sólo estaba pidiendo pan. Me jode la chulería (aprendida de la Aguirre) con la que justifica las cargas asesinas de sus doberman, pero lo que más me fastidia es que la modelo con que hacen en Lladró las perras me diga a mí lo que es democracia y lo que no.

*Nota del Autor: Manifestaciones más tarde, a Pristina Cifuentes la insultaron y escupieron en la calle Malasaña cuando se cruzó y fue reconocida por un grupo de población transeúnte del tipo... sin modales. Razón de más para volver a afirmar que esta señora ni sabe lo que es la calle ni la ha pisado nunca con conocimiento de causa.