sábado, 18 de marzo de 2017

UNA MOTO ACUÁTICA EN BLABLACAR


Álvaro de Marichalar se montó en un Blablacar para ir desde Soria a Madrid y no paró de dar por saco todo el rato a sus compañeros de viaje. Hablando por el móvil, ninguneando, importunando, fardando y faltando. Esto lo sabemos porque una de sus compañeras de viaje (a la fuerza) era Sabina Urraca, periodista, y la mujer escribió acerca de la experiencia: "Pesadilla en Blablacar".  La pieza no tiene desperdicio. Está bien escrita, tiene su gracia y nos reivindica a los plebeyos frente a los apabulles de los tontos del culo "marca España" con arrogancia y pedigrí. Te la crees entera, aunque supones que, al ser parte implicada y sufridora, Sabina le habrá añadido su pizca de sal y pimienta, su pizca de literatura... Por Elvira Lindo, aquí,  me entero de que el aristócrata ha demandado a la periodista por 30.000 euros. Digamos que por su derecho al honor y a la intimidad y blablacar. ¿Intimidad chillando tú por el móvil? Entonces me indigno... Me cabreo... Me encocoro... Si la has cagado en un viaje, por maleducado, indiscreto, prepotente o chulo piscinas, te lo comes, o haber preguntado si había algún periodista en la sala. Indago aún más y me encuentro con la carta que le mandó el ringorrango a la chica poniéndola a caldo, aquí, y ya es que he flipado. Un descerebrado escribiendo desde el bidet de oro de su moto acuática y hablando de cómo y por qué la gente como Sabina no le respeta, entre otras cosas, metiendo la guerra civil de por medio para cagarla aún más, si cabe:

"No sabías hablar. No lograbas debatir. Desconocías -por ejemplo- que la proclamación -FRAUDULENTA- de la República en abril del 31 fue un GOLPE con mayúsculas. ESE fue El Golpe.
Para gran desgracia de España..."
El fantoche de rayos uva mentándonos a gritos a la santa madre y hablando de cobardías, valores y arcadas aristócratas hasta el vómito... Entonces no tuve la menor duda de que Sabina no había añadido una coma de más a su pesadilla en compañía este individuo y que probablemente se quedó corta describiendo el comportamiento insufrible del menda. Estamos contigo, moza. ¿No le podrías denunciar tú ahora por negacionista, apología del franquismo e incitación al odio? Para empezar. A la moto acuática, digo.