sábado, 24 de noviembre de 2012

ECHAR LA SIESTA UN RATO


En la foto de la que he hecho el retrato el tío estaba leyendo unos papeles. Se los quitas de delante e inmediatamente se pone a echar una siesta, como si le faltara un fotograma (también ha habido que subirle un poco los párpados y las cejas, claro). Y la pregunta es: ¿duerme bien, el colega? Me lo cuestiono porque creo que soy un hombre de buena fe (ay, el pueblo) y no me cabe en la cabeza que nadie pueda dormir bien con un peso así en su conciencia. Los miles de millones que ha fundido en corruptelas y regalos a los amigos, el robo que ha perpetrado en el bolsillo de todos los españoles para tapar SU agujero, y la infamia de ser la "entidad" que más desahucios ha ejecutado en toda España. Y yo mismo me respondo, que estoy tonto. Un pavo de esa calaña duerme de puta madre porque los tipos así no tienen conciencia. En la naturaleza del escorpión está cargarse a la rana, incluso después de haberle prometido que no la iba a matar, si la ayudaba a cruzar el río. En la naturaleza del escorpión está dormir como los ángeles, que, aparte de no tener sexo, no tienen moral alguna. En la naturaleza de Rodrigo Rato, por el lado del aguijón financiero, está expoliar lo que pueda y donde pueda para que al PP no le falte el veneno necesario con el que cargarse a sus enemigos, esto es, los que no los vamos a votar nunca por figurar en los títulos de crédito del Manifiesto Comunista, la película: proletariado, librepensadores y lumpen. BaNNNkia... Pronúnciese en un páramo de noche, con mucho viento. Si hasta el nombre es ominoso que te cagas. ¿O no fue Hitler el que se suicidó en su Bankia del Reichstag? Lo dicho, los que dan susto al miedo duermen de puta madre. Y ríete tú de si le inquieta lo más mínimo que tenga que comparecer delante de un muñeco sordo a dar explicaciones mudas un 30 de febrero. Como el Acebes, que Al Qaeda es el coro femenino de la banda de tambores y cornetas de la ETA de Mondragón y que él de economía para haber trabajado de asesor en Caja Madrid no entiende nada más que aquello de "llevárselo muerto" (160.000 euros al año) para pasar el Rato, que dijo el barquero, primer capítulo del "Tratado sobre la Reforma Monetaria", de John Maynard Keynes, otro angelito de la naturaleza. ¿No dan ganas de rellenar con piedros un calcetín sudado y despertar al de arriba? Lo que debería ser el propio despertar del sueño de los injustos, por seguir con la Biblia, ahora que ni el buey ni la mula tienen donde dormir este año, que ya es llevar los desahucios al absurdo.