martes, 22 de diciembre de 2009

LAS ULTIMIDADES NO SON EL GÉNERO QUE TE QUEDA EN STOCK

Recuerdo un profesor. Falgueras. Daba "Introducción a la Metafísica". Como nombre de una asignatura era todo un preámbulo de violación, cuando no una amenaza directa. Uno de los conceptos que manejaba aquel hombre santo, dogmático y estéril era el de "ultimidades". Aquellas ultimidades eran básicamente el Mundo, Dios y el Alma (o el Yo más íntimo). Teleológicamente estábamos abocados a perseguir esos conceptos, lo cual podía convertirse en el camino más directo para alcanzar una depresión temprana en esas edades del estallido sexual en las aulas y fuera de ellas. Si resumías tus "ultimidades" en un acepción más amplia, podías llamarlas a todas "El Absoluto". Así, el mundo de las apariencias ya podía serte perfectamente ajeno, o directamente hostil, lo mismo para que te pillara un coche por andar pensando en la ultimidad Dios, como para que te molestara que tu novia se maquillara por culpa de la ultimidad Mundo. De no haber llegado Cortázar a tiempo, con su otro absoluto más divertido, Falgueras habría conseguido que a aquella clase de primero de Filosofía en Málaga la atropellase un camión cargado con productos de Pamplona y pegatinas del Opus. Por el contrario, ese hombre consiguió sin querer toda una promoción de radicales libres, como los yogures. Todavía recuerdo cómo salió zumbando (más servil que solícito) para comprarle un sombrero en Marbella al catedrático, opusino, carcamal y calvorota Polo, aquella pretérita eminencia, epítome de Zubiri, que avisó de que se le estaba pelando de frío su privilegiado cráneo. Fue durante unas conferencias de Filosofía de la Política en el nido de águilas de la fundación Hanns Seidel, una cosa alemana, cristiana y vomitiva, en la misma órbita filofascista que la FAES. Qué tiempos. Todo esto de las ultimidades viene porque la ultimidad de hoy, hacia donde tiendo, es hacia los putos décimos que llevo para el Gordo, cuyo premio no me ha tocado nunca nada jamás últimamente.

TODOS HEMOS CONOCIDO A UNA MUJER DESAPROVECHÁNDOSE ASÍ