LOS PÁJAROS DE LA CEOE
Sobre las seis de la mañana, sin fallar un día desde que empezaron los calores, oigo el trino de un mirlo a través de mi ventana. Por la cercanía del sonido y casi diría que por el fraseo, creo que es el mismo mirlo. Podrían ser dos, o tres, y de la misma banda de música, turnándose los días pares, pero de cualquier manera el canto del mirlo se distingue del piar más anárquico de los gorriones ("la calderilla del cielo", que decía alguien que no recuerdo, cachis), con toda la pinta no de estar levantándose, sino de no haberse acostado, los sinvergüenzas. Así que es mi mirlo contento y a esa hora estamos solos él y yo a la faena de cantar, pintar y escribir en el aire. Ese azul eléctrico del alba sobre los tejados lo tengo estos días asociado a su presencia y es un gusto. La tibieza del aire, la luz creciente y el buen día de verano que se presenta por delante nos ponen alegres, y supongo que por los mismos motivos, cada uno en su según y en su metabolismo. Sin embargo, ya llevo dos días sin escucharlo. Han bajado las temperaturas y el mirlo debe de andar mosqueado y sin dejarse oír hasta que la cosa de la climatología vuelva a tender al optimismo... Todo esto de mi mirlo feliz y de la bajada de las temperaturas lo cuento para que se entiendan mejor los graznidos del cuervo de la CEOE José de la Cavada, su director de relaciones laborales. Un empresario lenguaraz, chulo, explotador y condenado en firme por la inspección de trabajo por humillar a sus empleados. A favor de los minijobs, de los despidos libres, del contrato único y de que al trabajador no se le den más días libres que los imprescindibles -y en un vehículo rápido- para ir a enterrar a sus muertos, como dijo ayer. Así de contentos se sienten los empresarios con esta temperatura ambiente de obreros esclavizados y los sindicatos bajo mínimos, que lo demuestran ufanos a los cuatro vientos. Los pájaros de la CEOE. Cuervos a gusto, graznando, y mi mirlo de baja, con depresión. Esta noche le hago una sustitución en la ventana con algún tema de los Black Crows. Los buenos. Puestos a piar, hasta que la paloma de la paz se haga un tirachinas con la ramita de olivo.