jueves, 5 de diciembre de 2013

EN LA CUEVA DE LA AGENCIA TRIBUTARIA


Santiago Menéndez Menéndez, director director de la Agencia Tributaria. El sustituto de Beatriz Viana, que dimitió este año, por junio. Sí, hombre, sí. Beatriz Viana. La mujer que intentó explicar en rueda de prensa unos meses antes, por febrero, que no se hacía ninguna amnistía fiscal para los delincuentes amigos de Montoro. Esa alta funcionaria bajita con su punto de monja pija a la que no augurábamos en este blog un futuro demasiado estable como caniche histérica, pero que nos daba buena espina. No nos parecía una alimaña inconsciente como los demás. Efectivamente, la señora Viana no pudo soportar más el clima de la cueva y se abrió. Para resistir a tanta gotera, tanta inmundicia, y tanto fregado de cabeza y rodapiés, había que ser de cerámica. Dos veces. Santiago Menéndez Menéndez, el esbirro cerámico que eligió Montoro para continuar con las labores de patchwork para criminales en la cueva. Le oyes y es estar escuchando al Golem de Carrara. Mármol de funcionario, piedra de toque, muro de contención: "Aquí no hay trato de favor a nadie". "Aquí todo está sujeto a derecho". "Aquí somos independientes de ninguna consigna gubernamental". "Aquí las investigaciones se realizan con criterios generales para todo el mundo por igual". Ya. "¡Mamá, el señor de la cara de cemento está hablando otra vez en la tele!". "No permitiría ninguna injerencia política en la Agencia Tributaria". Joder. Por eso entre ceses y dimisiones van unos trescientos funcionarios a la calle desde las "inexistentes" injerencias en la Agencia Tributaria del neutral ministro Montoro. Los inspectores que han intentado rascar en la roña fiscal de la trama Gürtel, a la calle. Los que han hurgado en los papeles de la infanta, a la calle. Los que se han negado a rebajarle cuatrocientos millones a los amigotes de la multinacional cementera Cemex, a la calle, con patada y escupitajo, pero disimulando ante la prensa. "Son cosas que pasan". Vuelve a decir el Señor Cemento. ¿En qué quedamos? ¿Mármol o cemento? No sé si Porcelanosa está entre los grandes "contri bullentes", pero al tiempo. Con lo discreta que ha sido siempre la cueva (tampoco demasiado eficaz con las grandes fortunas, eso por delante), y ahora se ha llenado de facturas falsas en los periódicos, patrimonios cambiados en los programas del corazón, amnistías discales en los discos duros, y de un continuo chorreo de dimisiones y plantes de expertos que más parece una intoxicación alimentaria que una actitud ética. No tragan, los chavales. Y no es de extrañar, por otra parte. Si entrenas a tus perros de presa para morder las pantorillas de la gente que huye con la pasta, ahora no puedes darles la contraorden de no morder a los pata negra sin que se vuelvan un poco locos, un poco solidarios con la gente sin enchufes que paga sus impuestos rascando los alambres de la nevera. Eso que llaman el pueblo y que a Montoro tanta gracia le hace y tan poco respeto le merece. El pájaro mamífero jefe del marmolillo de arriba. Lo que te podías esperar en una cueva. Espeleología fiscal de alto riesgo con trescientos técnicos ahogados en declaraciones de mierda y mierda de declaraciones de amnistiados, perdonados y colegas subterráneos de las multinacionales, y el intrépido Menéndez Menéndez, al que he pintado en la muy circunspecta postura marmórea de estar a punto de declararse encima... Normal. Le huele el culo a pólvora. De barreno de titular. Y no va a ser Montoro el próximo que reviente en la galería... Menudo es el pájaro mamífero cuando huele el grisú. Menudo es el pájaro mamífero a la hora de salvar su propio culo en la fiesta de fin de año de Sodoma. Ni borracho, oye. El valiente.