martes, 4 de septiembre de 2012

TORQUEMADA Y SU OREJA MAYOR

Otro en contra de tener un poquito de compasión por el enfermo terminal Bolinaga. El integrista cristiano Mayor Oreja. El que también está en contra del aborto, la eutanasia, la memoria histórica, y de reconocer, válgame Dios, que lo de su ídolo sexual Franco fue, históricamente, una dictadura. El palanganero mayor de Torquemada que se ha enriquecido a costa del terrorismo con su empresa de seguridad privada, incluso siendo ministro de interior, el oreja. Sin escrúpulos. Con contratos al gobierno. De sí mismo a sí mismo, forrándose. El multimillonario de la ética liberal talibán y reclinatorios en todos los cajeros automáticos, que al dinero hay que venerarlo. El ínclito eurodiputado de la sopa boba y al tran-tran, pidiendo whisquitos y sacristía en los aviones a Bruselas con las dietas que le pago yo. El santo varón del PP que a base de catecismos fascistas y sermones en la planta "noble" de Génova se le ha acabado poniendo cara de valla electoral en el barrio de Salamanca de Bagdad. Que disiente, dice el ayatola. Que quiere más dolor para el moribundo, no sea que ETA gane las elecciones con su testaferro y delegado de clase de Bildu. Que pía en contra, el pope ortodoxo. Que quiere más terrorismo o cercanías porque se le acabó el chollo de patriota cuando la banda anunció la disolución y sus escoltas dejaron de hacer falta en la mesa B de los restaurantes caros. Que se le pinche un poquito más a los abertzales, a ver si se vuelven a encabronar y le levantan otra vez el negocio de sus Kevin Costner de polígono con discoteca. Que quién ha visto dejar que un terrorista de mierda muera en paz y él sin poder quemarlo vivo para facturar otra vez por aquello de los odios rentables y su corazón de verruga podrida, dicho por esos ojos de fanático somnoliento... Qué le importa enseñar la patita a un miserable así, si está el patio más gilipollas que nunca. Las calles atascadas hasta arriba con los carritos del helao' en doble fila y los sinvergüenzas tomando cubatas en el bar del Congreso, y la peña que si Cristiano Ronaldo está triste...