sábado, 26 de enero de 2013

LA LENGUA MADRE Y LA OSTEOPOROSIS


Ayer escuché en la radio a Juan Diego hablar de su último trabajo en teatro, "La Lengua Madre", un monólogo escrito por Juan José Millás. Las palabras, su magia, su poder, su misterio, su alegría, su fragilidad... Lo que suscitan, lo que ocultan, lo que divierten, lo que manipulan, lo que oprimen, lo que liberan... La mirada lúdica, y últimamente muy comprometida, de Juan José Millas, y la vehemencia de mil registros de ese actorazo que es Juan Diego. No creo que vaya a ver la obra. Me supera la perspectiva de encerrarme a oscuras con trescientas o cuatrocientas personas que no conozco y un loco suelto en un escenario sin pantalla alguna que me proteja... Pero estoy a favor, neurosis aparte. Es necesario reivindicar otra vez la palabra, los significados auténticos, y alertar de su usurpación por parte de los medios de comunicación, los gobernantes y los políticos en general. Un hombre con palabra es un hombre de honor. Un hombre sin palabra no. Lo mismo un hombre de palabra o una palabra de hombre. Garantía de autenticidad. De verdad. Y no hay viento que se lleve ninguna palabra si su peso no ha sido amañado. Pervertido. Por eso en las tiranías hay departamentos enteros dedicados a transmitir osteoporosis a las palabras. Ahuecarlas, vaciarlas, pervertirlas para que se las lleve el viento y, con ellas, su significado real, su verdad. Si un político usa un eufemismo para explicarte sus intenciones, no las explica, las disimula. O si emplea una perífrasis, está haciendo el mismo meandro que el taxista que quiere cobrarte de más. En esas palabras esponjiformes y calcificadas de los gobiernos está la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob de la democracia cuando va evolucionando, declaración a declaración, discurso a discurso, rueda de prensa a rueda de prensa sin preguntas, hacia esa encefalopatía de los pueblos también conocida como sumisión. Se comienza aceptando la palabra "externalización", por ejemplo, y acaba uno convirtiéndose en "demanda no solvente" (pobre) con la misma medicina. Vía oral.