martes, 27 de julio de 2010

LOS TOROS EN EL MUNDO


El problema, que no existe, es que hay gente que no quiere ver cómo matan toros en un circuito cerrado y con aplausos o bronca. El problema, que no existe, es verlo. Prohibirían las catedrales, las pirámides y el gazpacho, por maltrato al tomate. Si no lo vieran, le siguen dando por saco al tomate, como hasta ahora. El problema, que no existe, es la ocupación del tiempo libre. Ni fiesta nacional ni gaitas. Es que no saben lo que es un pepino. Es que no saben que ese toro ya estaba muerto antes de los clarines. Es que sin los clarines, ni gazpacho ni diversión para su aburrimiento. Y mira que a mí los toros... Pero venga a defender. Defender qué. ¿El tomate? Es que el toro es un ser vivo. Y el aburrimiento, oiga. Meat is murder. "Life is life". No me junte usted una miqueta con un rabo de toro, que hasta la miqueta todo es nacionalismo, gilipollas. Prohíba usted el vino con gaseosa, que es lo que toman los de al lado. Prohíba usted la gracia, que es lo que no tienen los que le votan. Haga usted otro paripé, que seguro que hay un borrachito malagueño que le aplaude en un despiste.

LOS DOS PRIMEROS DE TREME

Definitivamente me voy con David Simon a llevarle los bocadillos, el café, el porro o lo que haga falta. También me vuelvo negro. O me ofrezco de doble de John Goodman. Inefable el momento en el que tira el micrófono de un periodista al río y se lanza a por la cámara. Arriba, un apunte de Battiste, el hombre que le tiene fobia a los autobuses y que seduce taxis y taxistas.

MÁS OPTIMISMO