martes, 16 de junio de 2009

TAZONES 3


Y por fin, Tazones en todo su esplendor fotográfico,
no con las mierdas de acuarelas del idiota de Lowon...

Amanecer desde el espigón...


...Y toda la libertad del mundo, en asturiano.

¡Salud, Marcelino!

TAZONES 2 (MUNDO LIBRETAS 27)

Y aquí, el fastuoso restaurante "La Tortuga". Foto "borrorosa" de móvil sobre original en libreta. Por supuesto que el original fue debidamente regalado a la casa por lo bien que nos trataron estos seis días. En lo comible y en lo bebible, en la charla y en la amabilidad del trato. Xicu, el jefe, Patricia, su mujer... Maribel, Aurora, Gloria y, cómo no, Manuel, El Gato, camarero y percebeiro furtivo de lo más salao. Puxa Asturies.

TAZONES (MUNDO LIBRETAS 26)

Maravilloso viaje a Tazones, en el oriente de Asturias. Y desde allí algunas salidas a Viescas, Salas, Quintes, Venta las Ranas, Villaviciosa... Pero básicamente Tazones, cuatro casucas, el puerto... Sidra, vino y pescado en una abundancia que llevaba tiempo sin conocer. ¿Acaso en el útero materno? Vayamos por orden... O no.




Apunte con boli y acuarela desde el coche 9, ADIF, en la ruta Gijón-Madrid y viceversa, camino de Tazones (en realidad el dibujo lo hice a la vuelta). Es un tren que por las mañanas huele a estiércol de caballo y no es del todo desagradable.

Con un batido de chocolate y una bandeja de casadielles (masa con nueces y azúcar, una delicia), acuarela con rotulador y marcas de empedrado de hormigón en la mano izquierda.



Un gran restaurante, La Tortuga, y nosotros, los más fervorosos quelonios. Desde la propia Tortuga no pude pintarla, así que el aspecto de tan agradable y simpático lugar se verá más adelante.



A las 8:33 de la mañana, pintando en el espigón de Tazones, sentí unas irreprimibles, inaplazables ganas de orinar. Miré a mi alrededor con discreción. Nadie. Frente a mí el mar. A mi espalda, lejos, el pueblo. Y oriné contra el muro, mirando hacia abajo a las aguas. De repente, un chapoteo y no eran las olas... Un bulto negro se deslizaba con lentitud a unos tres metros por debajo de mi posición y de mi angustia. Era un indudable buzo con su arpón, su snorkel, su traje de neopreno y sus aletas buscando presas por la mañana temprano. Increíble. Algún movimiento notó el tipo sobre su cabeza y la giró hacia mí. Me vio. No a mi hermano pequeño, sino a un turista idiota pintando encima del hormigón. A unos veinte metros, mar adentro, se giró y saludó alegremente como se ve arriba. Tela.



Acuarela desde el restaurante "El Puertu", que no sale, pero donde se comen unos bocadillos de pan caliente con jamón que te rilas. Eso sí, te tienes que esperar a las 9:30 exactas de la mañana para que los amigos estén operativos. Uno de sus camareros lleva una estrella de David al cuello y tiene ademanes y comportamientos raros. Calvo, liso, bajito, con gafas, de sonrisa fina e inquietante, inmediatamente quedó bautizado como Jacob.



Es lo mejor. Cuando te veas incapaz de pintar la casa entera, pinta un somero detalle, como al desgaire. Detalles piloto, y que el resto se lo imagine el que mire, que yo no doy más de mí.


La fuente, abajo, a pie de calle, suelta un chorro de agua potente y ruidoso si le das a una palanquita. Ni la fuente ni la palanquita salen en la acuarela, pero sí la entrada-detalle de la tienda "La Fuente". Periódicos, casadielles, quesos... Junto con la tienda polivalente de su derecha (estanco y tapitas de cabrales), son los únicos comercios de Tazones.



Entre las 21:30 y las 22:00, una luz preciosa. Lástima del electricista de las acuarelitas, que soy yo, y no supiera dar la talla.



Esas escaleras empedradas con conchas y caparazones de marisco, es lo primero que te encuentras al entrar o salir del hotel "El Pescador" (muy recomendable... O no; a ver quién cojones eres y a ver si lo vas a fastidiar). La vista desde sus ventanas son de lo más náuticas. Ya estoy echando de menos el fru-frú de las olas abajo, a la hora de dormir.




Tazones da la impresión de haber caído en un remolino de eucaliptos y olas, descendiendo siempre a ninguna parte, estático, terco, girando sin girar. Ni los eucaliptos-ameba lo engullen, ni el mar se lo traga... Aunque lo intente. Un vistazo a este enlace lo demuestra. También son dignos de ver los vídeos de Manuel, camarero de "La Tortuga" en Tazonesastur, su canal en Youtube.




Una muestra más del catálogo estrella de "Inmobilaria Lowon", casas del copón.



Por las noches, estas barcas aparecían y desaparecían. Nunca más de ocho o así. Por las mañanas las veías todas atracadas en puerto y la cetárea llena de marisco, aparte de un ir y venir de camareros con cubos y cestas por el malecón, que las comandas no paran de pedir. Tal cual: pescado y marisco vivo a pie de servilleta y recién sacados del mar: por favor, dos centollos a la mesa cuatro; usted, señor bogavante, mueva sus pinzas, que lo vean... Impagables los calamares de "El Rompeolas", los salmonetes y chipirones de "La Tortuga" y, cómo no, las andaricas sueltas por las calles y preguntándose unas a otras en qué mesa han elegido estallar como mariscos-bomba, para llevarse por delante al mayor número de infieles turistas gilipollas...


Y por que no todo fuera marisco, casitas y agua, un cuatro por cuatro a la acuarela mientras la intrépida de A. ascendía a un mirador por un sendero vertical y me llamaba por teléfono para que la viera saludar a mil kilómetros de distancia y pequeñita como nunca la he visto... y oído.



Y la última de la libreta, recortada de otra libreta y pegada en la libreta oficial. Lo curioso es que todas las casas han sido fehacientemente reconocidas por gente del lugar. La casa de Coro, la casa de Juan, la casa de... Normal. Tazones tiene censadas 180 personas. Cura hay, porque es parroquia, pero no alcalde, que está en Villaviciosa, como ahora paso a enseñar...



La calle Sol de Villaviciosa. Pasada la curva del fondo, la casa legendaria donde durmió Carlos I y Botellín de Alemania. Lo de que desembarcara en Tazones, parece que ni por el forro... Tamaño señor en un puertín tan pequeño.


Y lo dicho. Allí, el Emperador, y aquí, la plaza de parking del alcalde, en la Plaza del Huevo de Villaviciosa, donde el ayuntamiento, como es natural. En Villaviciosa, sidrería "El Secallu", lo que te entra en la garganta cuando necesitas, NECESITAS, beber algo. Judías pintes y chicharro a la espalda, amén de unos huevos a la riojana, que estaban de paso por el concello.