martes, 30 de junio de 2020

MACARENA OLONA, LA SAVIA DE VOX


La delicada señorita de arriba, Macarena Olona, gritaba el otro día en el Congreso que la violencia no tiene género. Gramaticalmente se suele asimilar el sexo al género, pero sin ningún género de duda esta delicada señorita es un virago asimilable a los endriagos de los que hablaba Don Quijote con pavor literario. Lo que Macarena, ¡aay! (soy así de populachero), odia, no son los pecados ante Dios de la violencia en sí, ni siquiera el delito de propinarle una paliza a tu parienta y que no se remarque que ha sido el "macho" de la casa, sino que las feministas hayan conseguido que se particularice la violencia machista en la que ejercen los varones contra las mujeres, ya sea en el seno de la familia o en un puto descampado, perdón por lo de descampado... Como avance, nos parece poco que haya que resaltar la evidencia, claro está, pero a Macarena se la llevan los demoños sólo con pensar que las cabras locas de las lesbianas y de las comunistas, esas mujeres disparatadas, heterodoxas, y sobre todo enemigas, hayan conseguido focalizar leyes específicas contra sus queridos fascistas, racistas, homófobos, energúmenos y demás amigotes de partido ultraderechista. Como abogada que es, habría defendido maravillosamente a Queipo de Llano cuando arengaba a sus tropas para que violaran a todas las rojas, que "así sabrían lo que era un hombre". De género violento, añadiría yo. Como ella, la delicada señorita de arriba. Que no le pegue ninguna pareja viril ni la viole ningún desconocido, no sea que tenga que rectificar con eso de que la violencia no tiene género y se encuentre con la palabra "sabio", a buen seguro que otro palabro de las feministas contra la "savia" de toda la vida. Me cago en el lenguaje, inclusive.