sábado, 22 de octubre de 2016

DE BURROS Y DE ELEFANTES


Qué diferente es ser republicano en España a serlo en EEUU. Qué diferente es ser demócrata en España a serlo en EEUU. Aquí un republicano suele ser persona de izquierdas con su punto de resarcimiento histórico y su aureola de justicia poética debida, signifique esto lo que signifique. Allí un republicano es un animal de derechas, sin más. Aquí ser demócrata no es una opción política, sino una actitud eventual, incluso una excusa, nunca una conducta, por más que se empeñen en llevarla en la genética "los demócratas de toda la vida"; aquí en España ser demócrata, en definitiva, es "disfrutar" con la sonrisa congelada ante el fraude de la Representación Política, el fraude del Sistema Electoral y la corrupción del Sistema de Partidos, y en EEUU ser demócrata es lo más parecido a un liberal que sabría colocarte Canadá en el mapa y que se ha fumado un porro, sólo uno, allá en sus locos años universitarios. Por eso da tanto asquito esto y da tanto asquito aquello, cada uno en su diorama correspondiente. Es patético escuchar a la "demócrata" Hillary y al "republicano" Trump hablar de sexismo, inmigración, impuestos y drogas, como si alguno de los dos supiera de lo que está hablando. Dos plásticos vomitivos cada uno interpretando su intensidad de juguete, según catálogo y según guión, a cada cual más inquietante y peligroso: al primer niño que pase me introduzco en su garganta y lo mato. Diréis que Trump es mucho peor. Aquí tuvimos a Aznar, otro problema con el pelo, y ganó las elecciones. Mirad su Hillary de la época, González, y comprobad en lo que se ha convertido. Los dos países llenos de muñecos diabólicos. Todos diferentes. Todos iguales. ¿Dice Donald Trump más chorradas que Fátima Báñez? ¿Ha matado más inmigrantes que Fernández Díaz? ¿Es más insultante que Rafael Hernando? ¿Es menos asquerosa Soraya Sáenz de Santamaría que Hillary y Trump juntos? ¿Menos disgusting?